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El Bañuelo

El Bañuelo

El Bañuelo
En el número 31 de la Carrera del Darro, frente al puente del Cadí, tras una pequeña casa de dos plantas del siglo XVI, se encuentran los baños árabes llamados del Bañuelo. Posiblemente sean los baños andalusíes mejor conservados de España y forman el edificio civil más antiguo de Granada. Fueron construidos en el siglo XI y se trata de uno de los 21 baños públicos que existían en la Granada islámica, aunque son pocos de los que tenemos más noticias. Los baños muestran la importancia que para al-Andalus tenía la cultura del agua y la higiene corporal, pero también tenían funciones cívicas y religiosas, ya que dependían de las mezquitas próximas. Hoy podemos admirar la magnífica restauración realizada por Torres Balbás en 1928, diez años después de haber sido declarado Monumento Nacional. Se eliminó entonces el lavadero construido en la sala central y se restauró la solería, tal y como estaba en la época zirí, con ladrillo y mármol. Ha sido objeto de una nueva restauración en 1994.

Patio

Patio de acceso
La organización de los baños islámicos deriva en gran medida de las termas romanas, aunque con variantes, como la sustitución del baño de inmersión por irrigación con agua caliente o fría servida en pilas. Los materiales utilizados para este tipo de edificios son argamasa dura y gruesa para los muros, y ladrillos para el suelo, los arcos y las bóvedas. Los muros estaban revestidos de estuco, con pinturas de las que apenas quedan algunos restos. Su grosor permite resistir altas temperaturas, mientras que las bóvedas presentan claraboyas para aireación y entrada de luz.
Distribución de los baños
El espacio en los baños se organiza en salas (fría, templada y caliente, y vestuarios), pero arquitectónicamente el espacio es dispuesto en plantas cuadradas. Son 3 de casi idéntico tamaño. El primer cuadrado contiene los espacios del patio con la Alberca y el edificio que debió dar acceso a los baños, con los vestuarios y dependencias de servicio. El segundo cuadrado contiene la sala fría y la sala templada, mientras que el tercero contiene la sala caliente, calderas y dependencias anexas. Como se puede comprobar, la planta del primer cuadrado es algo más pequeña, mostrando así la subordinación del principio de planta arquitectónica a las restricciones del solar y entorno, en el caso de edificios públicos que no son religiosos ni espacios simbólicos de palacios reales. A pesar de ello, supone una ordenación del espacio según cuadrados para el conjunto de la construcción.
Patio
La entrada se efectúa a través de un patio con una pequeña alberca, en el que destaca el hueco rematado en arco de herradura destinado al guardián de los baños. El interior, al que se accede a través de una pequeña puerta con arco escarzano, sigue la distribución típica de los baños árabes, similar a las termas romanas.

Apodyterium

Lucernarios
Nada más entrar en el vestíbulo destacan las claraboyas en el techo que iluminan la estancia. También servían,al igual que en las otras salas, para permitir la salida del vapor acumulado. Las claraboyas o lucernarios tienen 2 posibles formas: octógonos regulares, y polígonos estrellados de 8 puntas construidos sobre la base de dos cuadrados girados entre sí 135º (polígonos estrellados [8/2]). Los segundos están construidos geométricamente sobre los primeros, dejando los vértices del octógono regular en los puntos interiores de las puntas de estrellas, teniendo por lo tanto estos últimos más capacidad de iluminación y de evacuación de vapor.

Frigidarium

Arcadas laterales
Esta sala está bastante deteriorada, pues en época anterior sirvió, al menos en parte, como aljibe. Las columnas que sostienen los arcos de herradura han desaparecido, siendo sustituidas por pilastras de ladrillo. Aunque pudiera parecer que se trata de arcos de medio punto, no lo son. Son también arcos de herradura, solo que han perdido por el paso del tiempo, el uso y las rehabilitaciones, la parte peraltada central que apoya en la columna. Sin embargo, los apoyos laterales todavía conservan la curvatura original.
Alzado
La sección del alzado de la sala fría resulta ser cuadrada, justo hasta donde comienza la bóveda de medio cañón que la cubre. Esta sección se repite en la sala de calderas, al fondo de los baños y se dobla para constituir la sección de la sala templada, que se sitúa a continuación. Es curioso comprobar cómo el radio de la bóveda de medio cañón y el radio de cualquiera de las partes cruzadas que forman la bóveda esquifada de la sala templada también están en esta relación 2:1, lo cual muestra una relación aritmética entre ambas salas, que es reveladora sobre la importancia y el tiempo de estancia en ellas, a la vez que ordena de forma matemática incluso las salas del baño
Juego de luces
La distribución de las líneas de claraboyas octogonales a 45º también permite maravillosos juegos de luces con los rayos de sol que las atraviesan como focos teatrales y recorren el muro opuesto. A los usuarios asiduos al baño no les sería difícil determinar la hora, en distintas épocas del año, según el recorrido de estos rayos en la pared

Tepidarium

Proporciones de la planta
Un estudio de la planta de las salas nos muestra a su vez una ordenación de espacios que se duplican. La planta de la sala fría y la de la sala caliente (en azul) casi son iguales en tamaño, y este es a su vez la mitad de la planta de la sala templada (en color rojo). La planta de la sala templada puede desagregarse como un cuadrado central delimitado por las 3 arcadas y el muro oeste que da acceso a la sala caliente, y dos brazos, N y S, y que resultan formar rectángulos √2 con el cuadrado central, siendo por tanto la proporción total del rectángulo en rojo (2√2 –1). En torno al patio de entrada se delimita un cuadrado, con las columnas que originalmente debían existir alrededor de la alberca, de igual medida que el cuadrado central de la sala templada (según plano de Antonio Gorbea).
Lucernarios
Los lucernarios del techo de la sala templada son un pequeño cosmos estrellado. En cada sección triangular curva de la bóveda esquifada se reparten 3 filas de lucernas, la primera y más elevada estrellada, y las otras dos y mas bajas octogonales, con una lucerna central o cenital en medio de la bóveda. La distribución en cada uno de los 4 lados es pues 1-2-3-4 lucernas por filas consecutivas, siendo la primera, la central, cuadrada y común a todas ellas. Las filas de claraboyas forman octógonos, perfectamente distribuidos en la bóveda, de tamaño menor a mayor. Como las lucernas están equidistantes entre sí sobre una superficie de curvatura casi constante, esto significa que se reparten en altura angular a intervalos prácticamente iguales, consiguiendo una iluminación homogénea y una evacuación del vapor óptima en toda la estancia. El techo resulta una bellísima metáfora de un cielo estrellado sobre el baño.
Capitel
Las columnas que sostienen los arcos son piezas reutilizadas, de acarreo, de épocas anteriores, tanto los fustes como la mayor parte de sus capiteles: uno de ellos es romano, de orden corintio, otro visigodo y varios califales, siendo algunos de época zirí. Todos ellos están rematados por cimacios.
Galerías de arcos
La galerías de arcos que delimitan el cuadrado central de la sala templada esta sustentado sobre 10 arcos sostenidos por 8 columnas y 2 apoyos encastrados en los muros. La peculiaridad de estos arcos es que están también peraltados, es decir, el arranque de la semicircunferencia del arco se sitúa por encima de la línea de arranques que define el extremo superior del capitel. Un examen más detenido nos permite ver que el peralte es del 30% del radio, manteniéndose en el intervalo de valores usuales de peralte para los arcos de herradura. Una estética que proveniente de los arcos de herradura se traslada a este tipo de arco para imprimir un aire de elevación añadido
La sala templada en 1925
Estado de la sala templada, con las pilas del lavadero en el centro, en 1925, antes de ser restaurada por Torres Balbás.

Caldarium

Sala caliente
La sala caliente tiene la misma forma y estructura que la sala fría. En el muro central destacan tres huecos rematados con arcos de medio punto, de los que los laterales dan paso a pequeños recintos cubiertos por bóvedas de cañón con lunetos, que albergarían las pilas de agua caliente, mientras que el central daría paso al cuarto de la caldera, conservándose la estructura del horno, las chimeneas y otros elementos accesorios.
Calderas
El sistema de calefacción se basa en el hipocaustum romano o las “glorias” castellanas: el vapor calentaba el espacio bajo el pavimento sustentado por galerías de arquillos. Tras la caldera existió otra dependencia, probablemente para acopio de leña y otros menesteres, con puerta de salida a la placeta inmediata de la Concepción. El baño se surtiría, en fin, del agua de la cercana acequia de San Juan de los Reyes, que recibe su nombre de la calle por la que transitaba, y en la que aún pueden verse restos de algunos de los molinos hidráulicos que hubo en ella.
Arcadas
En la sala caliente también aparecen unas arcadas con dos arcos de herradura de un solo centro. Sin embargo, el peralte de estos es inferior al de los de la sala fría, siendo de aproximadamente 1/3 del radio (37% del mismo). No obstante, este valor es usual y entra dentro de los intervalos estéticos para los arcos de herradura en la arquitectura zirí y nazarí.
Claraboyas
Las claraboyas resultan ser de distinta sección en cada una de las bocas. Más grandes en el interior que en el exterior, permiten hacer de embudo para la evacuación de vapor, y minimizan la entrada de agua de lluvia dentro. Por otra parte, el efecto sobre la luz es fantástico, permitiendo que los rayos solares no penetren solo perpendicularmente a su sección, sino que puedan recorrer, haciendo “tangencias” desde un lado al lado opuesto de los polígonos en las bocas exterior e interior, haciendo un juego de recorrido luminoso en el interior.