Catedral
La Catedral de Santa María de la Encarnación de Granada está considerada como una de las obras cumbres del renacimiento español. Primera que comenzó a construirse y una de las más grandes, con dimensiones extraordinarias, quería ser el símbolo central, el corazón de la ciudad palatina que ideó el emperador Carlos. Su intención era, probablemente, mostrar al mundo la importancia de la ciudad que significaba la culminación de un proceso iniciado por sus abuelos, los Reyes Católicos. Un proceso que implicaba la cristianización de lo que fue el símbolo del poder musulmán más relevante en Europa, y que se mantuvo en el reino de Granada hasta 1492.
La Catedral de Granada responde a un concepto constructivo, usado desde la antigüedad, que consiste en superponer una basílica a un templo funerario, dando lugar a lo que se conoce como iglesia compuesta o tumba.