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Puertas de la Catedral

Puerta de San Jerónimo

Puertas de la Catedral
Nos detenemos en las puertas de la catedral que dan a las fachadas oeste y norte: la Puerta de San Jerónimo, la del Perdón, y la del Ecce Homo. Todas diseñadas y comenzadas por Diego de Siloé, que deja su fantástica impronta arquitectónica en ellas. Aunque las dos primeras, de carácter muy monumental, requirieran de bastantes decenios más para su terminación, quedando sin decoración la del Perdón en sus dos últimos pisos. Salvando las grandes diferencias en tamaño, decoración y propósito, las tres son auténticas joyas en la parte menos visitada de la Catedral, y nos permitirán hacer un análisis de los refinamientos constructivos y maestría estética en el renacimiento granadino. La puerta de San Jerónimo es la primera que aparece, en el sentido ascendente, en el muro noroeste de la catedral. Fue diseñada con un importante fin ceremonial, el de completar el eje en el crucero secundario, ya que se alinea con la puerta de la Iglesia del Sagrario, a la que se accede desde dentro de la catedral. Desde fuera marcaba la puerta enfrentada al Monasterio de San Jerónimo. La calle San Jerónimo, que desemboca casi en ella, era el eje de comunicación entre el monasterio y la catedral y uno de los más importantes de la Granada renacentista y barroca, sobre todo teniendo en cuenta que en su recorrido se ubicaron el colegio de la Compañía de Jesús e importantes mansiones nobiliarias. Pero en 1886, por decisión del arzobispo de la época, queda cegada y anulada su comunicación interior y exterior, perdiéndose este eje ceremonial. El primer cuerpo está labrado en 1532 por el propio Siloé. El segundo cuerpo está labrado por Juan de Maeda, sucesor de Siloé, y tiene una gran hornacina con el relieve de San Jerónimo penitente, obra de Diego de Pesquera. Por encima se abre un tercer cuerpo respetando en lo posible el diseño siloesco a pesar de lo avanzado de la fecha. Presenta una cartela dedicatoria de la puerta, que dice: “Al gran doctor de la iglesia, San Jerónimo, en el año de 1639”.
Puerta de San Jerónimo
La Puerta de San Jerónimo fue diseñada por Siloé con un importante fin ceremonial: el de completar el eje en el crucero secundario. Se alinea con la puerta de la Iglesia del Sagrario. Desde fuera marcaba la Puerta enfrentada al Monasterio de San Jerónimo. La calle San Jerónimo, que desemboca casi en ella, era el eje de comunicación entre el monasterio y la catedral y uno de los más importantes de la Granada renacentista y barroca, religioso, doctrinal y nobiliario, sobre todo teniendo en cuenta cómo en su recorrido se ubicaron el colegio de la Compañía de Jesús y e importantes mansiones, como la casa de los señores de Ansoti.
Flor pentagonal
Nos detenemos ahora en la flor pentagonal que aparece en el muro con el que se cerró la puerta en 1886.
Jarrón con flores
Otro de los elementos decorativos a destacar del tercer cuerpo es el jarrón con flores. Se trata de un jarrón simétrico que exhibe un ramo de flores que se abren en trozos de arco que no llegan a cortarse, con la disposición de una fuente, o de un estudiado ramo, con los tallos más cortos y arqueados en los lados y los más rectos y largos, progresivamente, hacia el centro.
Cartela dedicatoria
Esta cartela, que hace referencia a la dedicatoria de la puerta al doctor Jerónimo, y señala el año de finalización en 1639, se observa extremadamente alargada. Si bien otras cartelas o bajorrelieves de este tipo siguen la proporción √5, esta cartela resulta aún más alargada. La solución dada por Miguel Guerrero es singular y a la vez natural: ha escogido una proporción de áurea doble, dos rectángulos áureos anexados por el lado más corto.
Bajorrelieves cuerpos superiores
Nos detenemos en el bajorrelieve de dos leones alados que flanquean el óculo que se abre en el tercer cuerpo. Están tallados enfrentados, de forma simétrica, son enjutos y en ellos destacan unas visibles alas, garras poderosas y la cola enrollada en espiral. Se trata de representaciones híbridas, pues presentan cabeza y garras de león, alas de águila y cola de serpiente, pudiendo interpretarse también no tanto como grifos a la inversa cuando más exactamente como dragones o sierpes, al estilo de las representaciones zoomorfas de los repertorios decorativos del grutesco.

Puerta del Perdón

Puerta del Perdón
La Puerta del Perdón es la más esplendorosa de la catedral de Granada. Desarrollada según el canon de la arquitectura triunfal que inspiraba el renacimiento imperial en Granada, seguía el modelo de algunas puertas de finales del siglo XV en Lombardía. Está configurada en torno a un arco de medio punto, de clara inspiración clásica, flanqueado por columnas exentas sobre pedestales y con dos alturas de nichos en los espacios entre las columnas y el margen de la Puerta. Su construcción fue iniciada por Diego de Siloé en 1528, siendo la más importante de las portadas que realiza. Ambrosio de Vico la finaliza en 1610. La ubicación se corresponde con el brazo principal del crucero, por lo que está situada en el eje ceremonial que conecta la Capilla Real, cuya puerta gótica se encuentra atravesando el crucero, hacia el este, y el Monasterio de San Jerónimo, la otra obra religiosa más importante del renacimiento granadino.
Composición y proporciones
La Puerta del Perdón, en sus dos primeros cuerpos, es obra de Diego de Siloé, y no extraña, por tanto, que su composición se ajuste a un riguroso estudio de las proporciones renacentistas. Todo está medido y sometido a las leyes compositivas que tienen en cuenta la función del elemento con la proporción áurea, en unos casos o por proporciones como √2 en otros, e incluso otras proporciones, como √3 y √5, cuando se quiere acentuar el aspecto estético mediante rectángulos más alargados para algunos cuerpos o cartelas.
Capitel
El capitel atrae la mirada, y despierta la imaginación y el sentido estético. Las figuras femeninas tienen una extraña curvatura, inversa a la natural. No están dispuestas como un cuerpo hacia adelante, sino arqueadas en forma convexa.
Las Virtudes
El método de las tangentes a una curva en un punto es aplicable a Las Virtudes que flanquean el arco de medio punto que delimita la Puerta del Perdón.
Arco de la puerta
Hay simetrías que aparecen en el intradós del arco que solo pueden ser observadas acercándose hasta las rejas que lo cierran y mirando hacia arriba, en su parte interior. Este intradós contiene unos bajorrelieves esculpidos en cajas delimitadas por marcos labrados en la piedra. En cada caja aparecen unas figuras que tienen una simetría, aunque con una singularidad: las simetrías son de distinto tipo en cajas diferentes.
Bajorrelieve con ángeles
En la Puerta del Perdón aparecen figuras escultóricas que llaman la atención. Este es el caso de la pareja de ángeles que, apoyados en equilibrio inverosímil, se encuentran a ambos lados de las columnas corintias, en el espacio situado sobre la más alta de las hornacinas.
Friso con grutesco
En la parte superior de la primera planta de la puerta hay un fantástico friso de figuras grutescas. En él se reconocen figuras de torso y cabeza humana y la parte inferior está formada por un tallo vegetal acabado en un remate espiral, de los que son tan al gusto de Siloé en sus composiciones decorativas. El friso tiene figuras asombrosamente esculpidas y una composición que refleja armonía, pero también ritmo, sin aburridas repeticiones.

Puerta del Ecce Homo

Puerta del Ecce Homo
La Puerta del Ecce Homo es la más antigua de la catedral y se abre en la placeta Diego de Siloé, anexa a la Gran Vía, siendo la puerta que da acceso al deambulatorio de la cabecera de la catedral. Su entrada está condicionada por el fuerte desnivel existente entre la calle Elvira y la Plaza de las Pasiegas, y en consecuencia da acceso por unas escaleras que salvan parte del mismo. Fue construida por Diego de Siloé y esculpida hacia 1529, antes de la construcción de la Puerta del Perdón. Al propio Siloé se le atribuye el relieve con la figura del Ecce Homo, mientras que el resto de la decoración, siguiendo el diseño de este maestro, es de Sancho del Cerro. Es una puerta de estructura y ornamentación más simple y de pretensiones más modestas, solo de acceso, pero no ceremoniales.
Puerta del Ecce Homo
Ubicada en ángulo recto con el cuerpo arquitectónico de la sacristía, se conocía como Puerta del Colegio, dado que daba acceso al Colegio Eclesiástico o de San Cecilio. Este centro educativo fue erigido en 1492 por los Reyes Católicos y puesto bajo el cuidado de fray Hernando de Talavera, siendo renovada la fundación por Carlos V en 1526.
Arco adintelado
Esta portada consta de un arco plano con dovelas enmarcado por dos columnas corintias adosadas con el entablamento, sobre el que se sitúa el medallón principal con el “Ecce Homo”. Está rodeado por dos figuras típicas del grutesco de Siloé: dos plantas de aspecto serpentiforme que acaban en una camaleónica cola enrollada, y cabeza humana. La puerta sigue una proporción áurea. Pero aquí el arco que tenemos es adintelado, es decir, un arquitrabe plano sobre el vano de ésta. Cinco dovelas encajadas como cuñas en forma de trapecios, unas en otras, con una de ellas como dovela central soportan no solo el peso del dintel, sino el de todo el gran muro que se extiende por encima.
Decoración con bajorrelieves
Sobre el dintel, la decoración con los monstruos del grutesco de Siloé resulta más sobria que en otras puertas, pero de una ejecución igualmente preciosista. Como muestra de ello valga la espiral matemática construida sobre la terminación del tallo vegetal que forma el cuerpo híbrido con cabeza humana. La perfección es absoluta, ajustándose la curva en anchura y altura (sin deformaciones laterales) a una espiral logarítmica perfecta.