El Jardín de Elena es un proyecto que combina arte y botánica donde el hilo conductor es un recorrido de ida y vuelta entre las obras pictóricas del museo malagueño Carmen Thyssen y las especies vegetales de los Jardines Botánicos de Córdoba y Málaga. El objetivo de esta fórmula artístico-científica es impulsar una cultura del conocimiento en Andalucía, potenciar las vocaciones por la ciencia entre los jóvenes, así como fomentar su interés por el arte y trasladar el valor del conocimiento científico.

Todo ello con la idea de configurar un jardín divulgativo donde los elementos son, de un lado, la información científica, histórica y curiosidades sobre la flora representada en las obras de la pinacoteca y, de otro, las especies vegetales de los jardines botánicos. Sin embargo, ambos espacios se fusionan en un recorrido visual para que el visitante pueda descubrir las relaciones entre ellos y disfrutarlos en su conjunto.

Se propone un viaje a través de recorridos cargados de ciencia, colores, olores y matices que adoptan forma de flores, palmeras, árboles, arbustos y herbáceas de patios y jardines andaluces. Esta variedad se combina con paisajes propios del arte y la botánica del siglo XIX.

Además de las rutas presenciales, tanto en el Museo como en los Jardines Botánicos, los visitantes recorrerán un jardín virtual de la mano de una exposición web con itinerarios entre ambos entornos a través de las distintas obras de arte y los espacios botánicos. La muestra se inscribe en una plataforma que amplía los contenidos científicos y artísticos con información adicional.

UN JARDÍN CON NOMBRE PROPIO

¿Por qué el jardín de Elena? Esta iniciativa surgió a raíz del proyecto iniciado en 2012 por la divulgadora Elena Moreno Barroso, del Real Jardín Botánico de Córdoba. Ella avanzó una nueva forma de disfrutar de los contenidos botánicos y artísticos que la ciudad podía ofrecer. Así, se invitaba a los ciudadanos y visitantes de la ciudad a recorrer el museo Arqueológico, el de Bellas Artes y el Conjunto Arqueológico ‘Medinat al-Zahara’, mediante un seguimiento de los distintos elementos florales presentes en las salas de estos museos. Por otro lado, se les invitaba a descubrir en el Real Jardín Botánico las plantas representadas en los museos, en un homenaje a los patios de la ciudad.

El éxito de esta experiencia inspiró el desarrollo de una segunda fase que ha tomado un nuevo impulso con la incorporación a este proyecto multidisciplinar del Jardín Botánico-Histórico de la Concepción, el Museo Carmen Thyssen de Málaga y la Fundación Descubre. La iniciativa cuenta con el apoyo de la Consejería de Economía y Conocimiento.