Hace 500 años, Fernando Magallanes y Juan Sebastián Elcano marcaron un hito logrando la primera circunnavegación de la tierra, saliendo del puerto de Sevilla con cinco barcos y más de 200 hombres con el objetivo de alcanzar las Islas Molucas, en Indonesia, muy conocidas en la época por su riqueza y variedad en especias. A su llegada, los barcos se cargaron con especias como canela, nuez moscada o jengibre. En esta época, las especias eran consideradas como piedras preciosas ya que eran cultivadas en territorios muy lejanos y la comercialización implicaba numerosos intermediarios, por lo que se pagaban verdaderas fortunas. El valor añadido de las especias de oriente que trajo Magallanes radicaba en que, aparte de proporcionar nuevos sabores, también se suponía que curaban ciertas enfermedades.

El clavo era la especia más apreciada ya que su árbol (Syzygium aromaticum) solo crecía en ciertas islas de las montañas del archipiélago de las Molucas y contenía un aceite esencial conocido como eugenol, que es un gran antioxidante y aromatizante.

En esta experiencia/charla, que tendrá sesiones en tres días, 8, 15 y 17 de noviembre, se pondrá el valor de esta y algunas otras especias. Así, el alumnado podrá experimentalmente manejar las especias y sus principios activos con propiedades curativas para encapsularlas en forma de esferificaciones que podrá degustar. Se seguirá así una metodología que combina métodos clásicos con los propios de la alta cocina, utilizada por los mejores cocineros del mundo para aportar texturas novedosas y que también es usada como forma de liberación de fármacos en la actualidad.