Las algas han pasado del fondo del mar a la mesa. Estos microorganismos están cada vez más integrados en la cocina y se han ‘colado’ en alimentos básicos de la dieta mediterránea. Un ejemplo es el trabajo que han realizado investigadores de la Universidad de Almería junto con expertos de la Universidad de Lleida y el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), quienes han sustituido un porcentaje de harina por biomasa de estos microorganismos marinos y han demostrado su potencial nutritivo y antioxidante.

En concreto, han incorporado 2 especies, una de ellas autóctona de la Bahía de Cádiz, que se comercializa ya en alimentación. Para producir la biomasa de estas algas, emplearon unos tubos que permiten el paso de la luz para que realicen la fotosíntesis. Una vez obtenida la ‘masa verde’, la sustitución de harina por microalga fue progresiva hasta dar con la cantidad justa para que el pan y las galletas tuvieran aceptación.

Para ello, los expertos realizaron catas a ciegas. En su mayoría, los panes y galletas enriquecidos con microalgas fueron más competitivos frente a los tradicionales. Además de variar su color y tener un sabor más intenso, los expertos obtuvieron un pan enriquecido en nutrientes y antioxidantes. A ello, se une otra ventaja para las personas celíacas: al sustituir estos alimentos marinos por harina se reduce el gluten en el producto final.

Este vídeo se incluye en la sección audiovisual de ‘Ciencia Directa’, agencia de noticias de ciencia andaluza que sirve de puente entre las investigaciones científicas y la ciudadanía.