Determinan que los cambios en los usos del suelo desencadenaron la extinción del torillo andaluz en Europa
Un estudio de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) ha demostrado que a lo largo de la segunda mitad del siglo XX las zonas donde esta especie de ave podía vivir han derivado hacia una mayor intensificación del uso urbano y agrícola, con aumento de cultivos forestales y regadíos intensivos, y una reducción de los cultivos de secano extensivos y las zonas de matorrales.
Fuente: CSIC Andalucía
Un estudio de la Estación Biológica de Doñana (EBD), centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Sevilla, ha determinado que la principal causa de la extinción en Europa del torillo andaluz (Turnix sylvaticus sylvaticus) ha sido el cambio de uso, en los últimos setenta años, del territorio que tradicionalmente le había servido de hábitat.
Concretamente, se trata de territorios de la Comunidad Autónoma de Andalucía donde se han intensificado los usos agrícolas, silvícolas y urbanos, en detrimento de la agricultura de secano y de las áreas de matorrales que los caracterizaban hasta los años 50 del pasado siglo. La investigación ha aparecido recientemente en Journal of Ornithology.
Carlos Gutiérrez-Expósito, investigador de la EBD y autor principal del estudio, explica que la distribución de esta especie de ave estaba determinada por valores bajos de aridez y continentalidad. Es decir, los ejemplares de torillo andaluz, para desarrollar bien su ciclo biológico, “buscaban áreas relativamente húmedas y con veranos e inviernos suaves, evitando zonas de interior y zonas esteparias y desérticas. Esto se tradujo en la selección de áreas costeras, y zonas como el valle del Guadalquivir, a poca altitud sobre el nivel del mar y con un régimen de lluvias frecuentes”.
Tomando en consideración estas preferencias del torillo andaluz, el equipo recopiló registros desde mediados del siglo XIX hasta la actualidad, logrando reconstruir su área histórica de distribución. Dentro de ese territorio, la Comunidad Autónoma de Andalucía es la única que cuenta con registros detallados del uso del suelo a través del tiempo. Es así como los investigadores determinaron que las áreas geográficas preferidas por el torillo andaluz, que corresponde a grandes rasgos con áreas costeras de suelos fértiles, han sido precisamente las mismas áreas que el ser humano más ha transformado en las últimas décadas.
Añade Gutiérrez-Expósito que “si se analiza el aumento demográfico humano desde 1900 hasta hoy, son también estas zonas las que han sufrido incrementos de uso humano más intensos. Parece pues que el declive del torillo andaluz está mediado por la competencia directa con el ser humano. Hemos ocupado de forma intensa las áreas más fértiles y costeras, por tanto, todos los esfuerzos en su conservación y reintroducción deben ir encaminados a buscar la coexistencia de la especie con el ser humano”, puntualizó.
El reducto del torillo andaluz
El torillo andaluz es una especie de ave en peligro crítico de extinción, que actualmente apenas sobrevive en una pequeña población en la costa occidental de Marruecos, y quizás en alguna desconocida localidad del este de Argelia. Se trata de un ave de pequeño tamaño, que se encuentra en niveles basales en la cadena trófica. Aparentemente tiene cierta capacidad de adaptación a diferentes ambientes. En el siglo XIX aún tenía una distribución bastante amplia en el norte de África y el suroeste de Europa. No obstante, ahora va camino de la extinción.
Desde mediados del siglo XIX el área de distribución del torillo andaluz se ha reducido en un 99.99 por ciento, llevándolo a la extinción en el continente europeo. Esto no había ocurrido con ninguna ave desde la desaparición del alca gigante en 1844, si bien en este caso la desaparición en Europa supuso también la extinción total de la especie. Aún existe algún reducto del torillo andaluz en el norte de África que debería ser protegido de manera urgente y que bien podría ser el origen para recuperar a la especie en toda su antigua área de distribución.
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