EL LINCE DE SIERRA MORENA LIBERADO EN DOÑANA RECORRE CASI 200 KILÓMETROS
Fuente: EL MUNDO
«Caribú», macho de tres años, fue liberado en un cercado de ocho hectáreas en pleno corazón de Doñana para que se aparease, pero no hay constancia de que lo haya logrado y sí de su amplia dispersión «porque aún era un macho subadulto, a pesar de sus tres años», afirma el director del programa LIFE para el lince ibérico, Miguel Ángel Simón.
Simón cree que «Caribú» no se ha comportado como «Baya» -el macho de Sierra Morena liberado en Doñana en 2007 que se apareó con tres hembras- porque no ha entrado en celo y se ha comportado como un subadulto, con tendencia a dispersarse y a regresar a su lugar de nacimiento.
Este comportamiento, frecuente en los felinos, ya lo protagonizó hace años «Domingo», un lince trasladado de Doñana a Sierra Morena que fue capturado en Cádiz tras recorrer centenares de kilómetros. Estas dispersiones también se han comprobado en traslados de linces boreales para reforzar poblaciones en Suiza y de linces canadienses en Estados Unidos.
«Caribú» fue liberado en un cercado dotado con cámaras que le siguieron las 24 horas, construido cerca de la laguna de Santa Olalla, zona con la máxima protección del parque nacional de Doñana y alejada de carreteras y de la presencia humana. El 29 de diciembre, técnicos del programa LIFE abrieron el cercado al comprobar que se relacionaba con «Bonares», una hembra de la zona.
Pasados unos días, «Bonares» se dirigió hacia el interior de Doñana, mientras que «Caribú» lo hizo en dirección opuesta, cruzó la carretera de Almonte a Matalascañas por el paso para fauna de La Soriana y se estableció junto al centro de cría en cautividad de El Acebuche. Técnicos del programa LIFE tuvieron que capturarlo el 10 de enero después de que saltase el vallado y se colara en el centro de cría, perturbando el celo de los felinos allí recluidos. «Caribú» fue devuelto al cercado de Santa Olalla, donde volvió a relacionarse con «Bonares», a la que dejó entrar en el recinto con uno de sus cachorros.
El proceso se complicó el 17 de enero cuando apareció en la zona «Boliche», un macho instalado más al norte de Santa Olalla que saltó la valla del cercado, momento en el que Simón decidió abrir las puertas para evitar la pelea entre ambos machos, muy peligrosa en época de celo.
Viviendo junto al Rocío
Superado el incidente, «Boliche» regresó a su zona habitual de campeo, mientras que «Caribú» cruzó por segunda vez la carretera de Almonte a Matalascañas y se instaló, ya a principios de febrero, en una finca cercana al Rocío, con abundante población de conejo, en la que campea una hembra con la que interactuó.
El seguimiento permanente permitió comprobar que «Caribú» tampoco se estabilizó en este lugar y se dispersó hacia el norte de Huelva, cruzando la autopista entre Sevilla y Huelva por el río Tinto, entre las localidades de Niebla y Villarrasa, y viajando hacia el norte y a mayor velocidad. Tras rebasar Valverde del Camino, se adentró hasta Jabugo desde donde, a comienzos de esta semana, ha iniciado el regreso al sur.
Simón confía en que este lince se asiente definitivamente en Doñana, aunque será capturado si se adentra en una zona peligrosa. Ha añadido que «Caribú» ha recorrido en estos tres meses casi 200 kilómetros llegando a estar a unos 100 en línea recta de Santa Olalla.
Su seguimiento ha proporcionado una valiosa información para las reintroducciones de linces que se pretenden realizar este otoño en el Guadalmellato (Córdoba). «Sabemos que estos comportamientos se han producido en numerosos traslados de linces y el seguimiento de «Caribú» ha proporcionado información sobre en qué momento se produce y por qué razones, y además ha comprobado que los pasos de fauna en las carreteras son efectivos», ha añadido.
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