Investigadores de la Universidad de Jaén avanzan hacia la producción sostenible en el sector oleícola
El trabajo, publicado en la prestigiosa revista Sustainable Production and Consumption, explora la integración de Bioenergía con Captura y Almacenamiento de Carbono (BECCS), un enfoque que no solo podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino también producir AOVE con una huella de carbono negativa.
Fuente: Universidad de Jaén
Investigadores de la Universidad de Jaén han dado un paso significativo hacia la producción sostenible en el sector oleícola con un estudio innovador que explora la integración de Bioenergía con Captura y Almacenamiento de Carbono (BECCS) en la industria del aceite de oliva. Este enfoque no solo podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino también producir aceite de oliva virgen extra (AOVE) con una huella de carbono negativa.
El estudio, titulado ‘Productos sin carbono para involucrar a la sociedad en la acción climática: el ciclo de vida del aceite de oliva’ (Carbon-negative products to engage society in climate action: The life cycle of olive oil) publicado en la revista científica Sustainable Production and Consumption, empleó la metodología de Análisis de Ciclo de Vida (ACV) para evaluar el potencial de la producción de aceite de oliva con emisiones negativas.
“El objetivo principal era determinar si las tecnologías BECCS basadas en los residuos de poda del olivar, una biomasa a menudo infrautilizada, pero con gran potencial, pueden alimentar la energía necesaria de los procesos de las almazaras, logrando así una reducción neta de las emisiones de CO2”, explica el investigador responsable del estudio, Ángel Galán-Martín, autor del mismo junto a María del Mar Contreras y Eulogio Castro, pertenecientes al departamento de Ingeniería Química, Ambiental y de los Materiales de la Universidad de Jaén.
En este sentido, los investigadores indican que los resultados del estudio han sido “prometedores”, ya que se demostró que es posible producir aceite de oliva virgen extra con una huella de carbono de hasta -0,32 kg de CO2eq por cada litro, valorizando los residuos de poda de olivos generados en la etapa agrícola. Sin embargo, también se identificaron impactos negativos relacionados con la acidificación y la eutrofización, que deben ser gestionados cuidadosamente mediante una planificación adecuada. «Nuestro trabajo demuestra el potencial de BECCS para producir aceite de oliva con una huella de carbono negativa, lo cual podría posicionar a esta industria en la vanguardia de prácticas más sostenibles sirviendo como modelo para otras industrias. Además, este avance podría generar ingresos adicionales para agricultores e industriales, mientras se contribuye al avance para lograr los objetivos climáticos», indica el doctor Ángel Galán-Martín.
Teniendo en cuenta estos resultados, los investigadores de la UJA consideran que el camino hacia la producción sostenible de aceite de oliva implica inversiones estratégicas, políticas personalizadas y una colaboración estrecha entre los sectores público y privado. En este sentido, este estudio destaca la necesidad de enfoques innovadores que promuevan productos con emisiones negativas, allanando el camino para un futuro más sostenible.
Últimas publicaciones
Un equipo de investigación de la Universidad de Málaga ha verificado el uso conjunto de tres cepas de Pseudomonas, un tipo de microorganismo, para que la planta no sufra con la subida del nivel térmico que conlleva el aumento de temperatura ambiental. Los expertos ponen a disposición de los agricultores una herramienta que lucha contra patógenos, al mismo tiempo que protege contra el calor.
Una investigación del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBiS) desarrolla un enfoque innovador basado en la transferencia adoptiva de células de memoria para combatir infecciones por Acinetobacter baumannii multirresistente, un patógeno prioritario global según la OMS. El siguiente paso será probar este enfoque en ensayos clínicos controlados para determinar si la transferencia adoptiva de células de memoria puede ser igual de efectiva en humanos.
Sigue leyendoEl hallazgo se produjo casualmente tras una exhaustiva campaña de muestreo de mosquitos en casi 500 puntos en las provincias de Sevilla, Huelva y Cádiz. Por ello, la nueva especie, que se diferencia de otras similares por su tamaño y morfología, ha sido nombrada como Lipoptena andaluciensis, en honor a su lugar de captura. De todos los ejemplares analizados, tres albergaron patógenos de interés sanitario como Coxiella burnetti y dos bacterias endosimbiontes.
Sigue leyendo