Desarrollan nuevas vacunas candidatas para luchar contra patógenos en los animales de producción
Los helmintos son parásitos que suponen un quebradero de cabeza para la industria ganadera. Estos organismos son responsables de cuantiosas pérdidas, al provocar una disminución de la producción de carne, leche o lana, y hacer a los animales más susceptibles a otras enfermedades. La Universidad de Córdoba ha demostrado que ‘Fasciola hepatica’, un patógeno que afecta principalmente a rumiantes y ha causado en 2017 más de tres mil millones de dólares de pérdidas en el sector ganadero a nivel mundial, estimula una proteína esencial -Fox P3- que se encarga de enviar al sistema defensivo del organismo un falso mensaje de que todo transcurre con normalidad para sobrevivir mejor en su interior. Una información que podría suponer un paso importante para mejorar la eficacia de futuras vacunas y seleccionar dianas.
Fuente: Universidad de Córdoba
Los parásitos helmintos suponen a menudo un auténtico quebradero de cabeza para la industria ganadera. Estos organismos son responsables de cuantiosas pérdidas, no sólo por que provocan una disminución de la producción de carne, leche o lana, sino porque hacen a los animales más susceptibles a otras enfermedades. Tan sólo la ‘Fasciola hepatica’, un patógeno que afecta principalmente a rumiantes, ha causado en 2017 más de tres mil millones de dólares de pérdidas en el sector ganadero a nivel mundial.

Este trabajo estudia nuevas fórmulas para luchar contra los parásitos que afectan a la industria ganadera.
El control actual de estos organismos se basa en el uso de fármacos, unos medicamentos denominados antihelmínticos que están perdiendo efectividad debido a la resistencia que generan los parásitos. Su protección no es muy prolongada en el tiempo, por lo que deben usarse con cierta periodicidad y suponen, por tanto, un importante coste económico. Además, poseen un extenso periodo de supresión en el animal infectado, lo que aumenta el riesgo de que los residuos de estos medicamentos alcancen al ser humano a través del consumo de productos de origen ganadero.
Frente a ello, el desarrollo de vacunas eficaces se ha constituido como un auténtico desafío para la ciencia veterinaria, un reto complejo debido a que se trata de patógenos multicelulares que modifican la respuesta inmunitaria del huésped para campar a sus anchas dentro del animal infectado. Avanzar en esta línea, precisamente, ha sido el principal objetivo del proyecto Paragone, un trabajo internacional integrado por 17 socios y en el que ha participado la Universidad de Córdoba a través de los grupos de investigación AGR 262 y AGR 133.
El proyecto ha estudiado los parásitos que más pérdidas causan en los principales animales de producción como el vacuno, la oveja o la gallina. Ostertagia, cooperia, teladorsargia, psoroptes o dermanyssus han sido algunos de los patógenos estudiados, para algunos de los cuales se han desarrollado candidatos vacunales más que prometedores que ofrecen un nivel de protección superior al 50%.

Investigadores del estudio, coordinado por el catedrático de Veterinaria de la Universidad de Córdoba José Pérez Arévalo,
En el caso del parásito Teladorsargia se ha conseguido producir una vacuna a partir de un cóctel de siete proteínas. Se trata un candidato que ya ha entrado en fase de demostración y que, según señala el responsable del proyecto en la Universidad de Córdoba, José Pérez Arévalo, induce “buenos niveles de anticuerpos”, por lo que podría ser comercialmente viable en unos años.
La Universidad de Córdoba se ha centrado en el papel de la ‘Fasciola hepatica’, uno de los parásitos más dañinos y que afecta principalmente a rumiantes a través del agua o de vegetales crudos que actúan como vehículo de la infección. En este sentido, el grupo ha demostrado que desde el primer día en el que se produce el contagio se modifica la respuesta inmune. Concretamente, el parásito estimula una proteína esencial -Fox P3- que se encarga de enviar al sistema defensivo del organismo un falso mensaje de que todo transcurre con normalidad para sobrevivir mejor en su interior. Se trata de una información que podría suponer un paso importante para mejorar la eficacia de futuras vacunas y seleccionar dianas.
En cualquier caso, tal y como destaca el catedrático de Veterinaria José Pérez Arévalo, la línea de investigación continuará a lo largo de los próximos años con el objetivo de entender mejor los mecanismos que utilizan estos parásitos para modificar la respuesta inmune y conocer las moléculas que emplean para engañar a su huésped. El reto: poder desarrollar vacunas con un alto grado de protección que pongan freno a estos parásitos y a las millonarias pérdidas económicas que generan.
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