EXPERTO MARCA LA REDUCCIÓN DEL DOLOR EN LOS AFECTADOS POR UNA LESIÓN MEDULAR COMO UNO DE LOS PRINCIPALES RETOS
Fuente: Universidad Pablo de Olavide (UPO).
El biólogo Juan de los Reyes Aguilar, del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, ha asegurado que reducir el dolor en los afectados por una lesión medular es uno de los principales retos. El científico ha realizado estas declaraciones en el transcurso del XII Curso Nacional de Neurociencia que se celebra en la Universidad Pablo de Olavide, en el que ha impartido la conferencia El equilibrio entre el sistema y los estados: Claves para el autogobierno.
En relación a las lesiones medulares que provocan la paraplejia, Juan de los Reyes ha explicado que es una de las enfermedades que causa alteraciones en el sistema nervioso central. Y es que cuando una persona sufre este tipo de lesión, deja de poder moverse y las órdenes del cerebro no llegan a los músculos que nos mueven. Las señales del exterior de cómo sentimos el tacto, la postura, la temperatura, el dolor son informaciones que la piel y nuestros músculos están enviando al cerebro constantemente, algo que no percibe una persona con enfermedad medular. Esta información puede desencadenar una modificación de nuestra actividad cerebral.
Hay diversas causas que provocan la paraplejia. Los más frecuentes, los accidentes laborales, de tráfico y enfermedades como tumores o la esclerosis, sobre todo en personas de mayor edad.
Según Juan de los Reyes, nuestro cerebro se comunica con el exterior a través de los sentidos. Sin embargo, una persona con lesiones medulares deja de tener señales del exterior, que facilitan que se altere el estado de actividad natural del cerebro, un descubrimiento científico muy reciente. El cerebro trabaja con ritmos que generan nuestros comportamientos, tales como estar dormido, despierto, paseando, etc una lesión medular puede cambiar esos ritmos.
Estamos investigando esos cambios de estructura, que están muy lejos de la lesión medular. Si podemos entender cómo se generan esos cambios, podríamos combatirlos. Y es que esas modificaciones en el cerebro generan patologías, teniendo las personas sensaciones de los sitios del cuerpo que han quedado desconectados, algo imposible porque no le está llegando la información. El cerebro desarrolla una actividad no natural, aberrante, que propicia que el enfermo experimente síntomas como el dolor, bien porque la corteza cerebral haya cambiado con el tiempo o porque otras zonas vecinas le envían información que no deberían mandarle. Estudiamos cómo se genera ese dolor, que es imposible que sientan los enfermos al estar esa parte del cuerpo desconectada del cerebro.
A este respecto, el científico ha afirmado que el descubrimiento ha consistido en mostrar que una lesión medular produce una falta de información sobre una gran región cerebral, cambiando su estado de actividad, que podría ser el origen de patologías como el dolor neuropático, Cuando consigamos ver con claridad qué es lo que ocurre, estaremos en el inicio de frenar dicha enfermedad, no porque curemos la lesión, sino porque actuando sobre la corteza cerebral se podría generar una información compensatoria, ha puntualizado Juan de los Reyes.
Los enfermos de lesión medular, como otros enfermos crónicos, tienen problemas de depresión al comprobar que su vida está impedida. Pero además de eso, el hecho de que la lesión les esté cambiando la actividad natural del cerebro por las privaciones sensoriales que les impide una relación natural con el entorno, puede facilitar este tipo de problemas psicológicos, hecho que también se desconocía. Las entradas sensoriales regulan el estado de ánimo. Si una persona las pierde, es posible que facilite las tendencias a patologías de tipo psicológico.
Actualmente, a nivel mundial se siguen dando pasos gradualmente en la búsqueda de una posible curación de la paraplejia. Recientemente, un grupo de científicos (Dr. Courtin) suizos ha demostrado que dando un cóctel de fármacos y una estimulación eléctrica a nivel de la médula, algunos animales con lesión medular podían recuperar un patrón de movimiento casi voluntario. Existen muchos grupos centrados en cómo reconectar la médula con los músculos que permitirían mover los miembros paralizados por la lesión. Pero al mismo tiempo es necesario que el cerebro recupere la información sensorial desde esos miembros; con ello se conseguiría recuperar la función general perdida. Otros grupos se centran en el estudio de los problemas que sufre el cerebro en este tipo de casos y en paliar los efectos que suceden a largo plazo. La calidad de vida de una persona con lesión medular merma, en muchos casos, por el dolor, cuando en realidad podrían tener una vida normal de relaciones con los demás, de trabajo y tienen un dolor que no deberían sentir que reduce su calidad de vida, ha explicado Juan de los Reyes.
Por todo ello, considera que estudio del sistema nervioso central es el gran reto del siglo XXI porque mientras más sepamos cómo funciona, más nos conoceremos a nosotros mismos. También ayudará a influir en la curación de gran cantidad de enfermedades neurodegenerativas como el alzheimer, el parkinson o la esclerosis.
Por último, el científico ha afirmado que la persona es el cerebro, aunque esté condicionada por su entorno. Sentimos, pensamos y nos movemos en el cerebro y desde él. De esta manera, la influencia voluntaria sobre el cerebro es muy difícil, aunque no imposible. Por ejemplo, el hecho de estudiar y aprender cosas nuevas influye sobre el cerebro, hallándonos las personas en constante cambio cada vez que nos relacionamos con el entorno. Pero sin duda, lo que somos, está en el cerebro. Aún así, hay cosas de la que no somos conscientes y, por lo tanto, no podemos actuar sobre ellas. Incluso en los procesos más cotidianos, como que te guste el color rosa o una manzana. Sin embargo, por ello no dejamos de ser nosotros mismos. Uno se identifica con sus propios gustos, aunque no hayan sido voluntarios, ayudando a construir tu propio yo.
Más información: www.upo.es
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