Fuente: AndaluciaInvestiga.com – J. García Orta

Institución de referencia en Andalucía para la industria de la cerámica, la Fundación Innovarcilla presta desde hace cerca de cinco años sus servicios tecnológicos e innovadores a las empresas del sector. Una oferta muy importante para esta industria, de forma que tradición y futuro se sumen en el saber hacer de los productores andaluces de cerámica estructural y ornamental.

Además de por la batalla librada durante la Guerra de la Independencia Española, entre otras cosas, Bailén destaca por su importante industria de la cerámica. No es por ello de extrañar que se levantara en esta localidad un curioso edificio que acoge hoy día al Centro Tecnológico de la Cerámica de Andalucía, entidad gestionada por Innovarcilla.

Constituida el 13 de abril de 2005, Innovarcilla es una fundación compuesta por 45 patronos, de los cuales 32 son empresas privadas del sector de la cerámica, y 13 son instituciones andaluzas. Su peculiar edificio, con más de 1.500 metros cuadrados de extensión, se encuentra equipado para poder prestar servicios de carácter tecnológico e innovador a las empresas andaluzas, tanto de cerámica estructural como ornamental.

El desarrollo tecnológico, la innovación, la calidad o la internacionalización, son alguno de los pilares sobre los que se sustenta esta entidad. Metas y herramientas con las que Innovarcilla trabaja para la mejora de su sector de referencia: fábricas de materiales de arcilla cocida para la construcción, o de utensilios para la decoración del hogar, la jardinería y el menaje.

Para ello, además de los laboratorios en los que se pueden hacer multitud de pruebas, esta fundación apuesta por el desarrollo de proyectos de diversa índole, con los que impulsan la transferencia de conocimiento desde los centros de investigación hacia las empresas.

Un ejemplo de esto es el puesto en marcha junto a la Universidad de Jaén y 8 empresas del sector: un programa informático de alto nivel, con el cual, y tras un diagnóstico exhaustivo, se pretende mejorar los procesos de control productivo en el sector industrial ceramista, haciéndolo más competitivo cualitativa y cuantitativamente.

Residuos muy útiles

Como en cualquier industria, la fabricación de un producto conlleva la generación de residuos. En el área que nos ocupa, estos deshechos están compuestos, en su mayoría, por material cerámico que ya ha pasado por el horno de cocción pero que no se ajusta a los criterios de calidad. Un material inerte que, mediante varios procesos, pasa a convertirse en un producto arenoso y de grano fino llamado “chamota”.

La chamota posee unas características muy definidas. Bajas contracciones y dilataciones en procesos de secado y cocción o una baja absorción de agua son algunas de ellas. En definitiva, unas propiedades interesantes, que confieren a este resto (obtenido en cantidades que rondan un 2 y un 5 por ciento del total de la producción de material cerámico) altas posibilidades de ser reutilizado.

Gracias al incentivo de la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa, desde Innovarcilla se puso en marcha un proyecto encaminado en esta línea desde una doble vertiente. Por un lado, se han buscado métodos para que la reutilización de los residuos cerámicos sea competitiva en campos de aplicación tradicionales ya existentes. Además, se ha puesto en marcha una serie de acciones encaminadas a la exploración de nuevos campos de aplicación.

“La viabilidad del uso de la chamota en aplicaciones de jardinería y paisajismo viene avalada por el carácter inerte de los materiales cerámicos basados en arcilla cocida, de tal forma que ya se están usando para el relleno de canteras o el acondicionamiento de caminos rurales”, señalan responsables de la fundación. Hacia este sector está encaminada la primera de las tres fases que componen el proyecto.

Desde la Fundación Innovarcilla se ha contactado con numerosas empresas dedicadas a la jardinería y el paisajismo para establecer una primera viabilidad de la utilización de la chamota, alcanzando buenos resultados. En este sentido se ha concluido que la chamota, con una granulometría fina (entre 1 a 3 milímetros aproximadamente), puede usarse como material de sustrato o relleno. Al igual que ocurre con la arena, este residuo, gracias a sus propiedades y tamaño, facilita el drenaje del suelo y puede servir como soporte para la aplicación de césped artificial.

Además, se han valorado positivamente los restos cerámicos con granulometría superior (1 a 5 centímetros), por su atractivo carácter visual, para su uso como recubrimiento de superficies de modo similar a las gravas o cantos rodados. “Algunas empresas están distribuyendo este producto entre sus clientes para darlo a conocer y poder establecer de forma más precisa la demanda del mismo. También se está promoviendo el uso entre las instituciones municipales para el acondicionamiento de parques y rotondas”, señalan fuentes de Innovarcilla.

En lo que respecta a las otras dos fases, y aunque a largo plazo, el proyecto ve una posible salida de negocio a los residuos cerámicos como revestimiento de edificios. Para ello han experimentado la mezcla de la chamota con diferentes elementos, de cara a la creación de nuevos materiales. Una de estas pruebas ha unido los restos cerámicos con resinas. Con ayuda del Centro Tecnológico Andaluz de la Piedra (CTAP), se ha optimizado con éxito la producción de un nuevo material a base de chamota y resina (poliéster o epoxi).

Junto al Centro Tecnológico Andaluz del Plástico (ANDALTEC), el proyecto impulsado por Innovarcilla ha trabajado con materiales poliméricos que incorporan chamota como carga. Es el caso del polipropileno, un plástico de utilización muy extendida. Para ello han realizado pruebas de conformado mediante extrusión e inyección, ensayos de caracterización físico-química.

Más información:

Susana Álvarez Moreno
Área de Diseño

Fundación Innovarcilla

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Fax: 953 678 560 
Email: susanaa@innovarcilla.es