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LA CIENCIA COMO PROTECTORA DE LA BIODIVERSIDAD


20 de octubre de 2009

Fuente: AndaluciaInvestiga.com – Paqui Durán Lama

 

La Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA) es el único centro de referencia perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) presente en la provincia almeriense. Asimismo, es uno de los que cuenta con una mayor trayectoria, ya que fue fundado en 1947 bajo el nombre de Instituto de Aclimatación de Almería.

 

La EEZA quiere conciliar la preservación del medio ambiente y la explotación racionalLos proyectos que se desarrollan en este centro tienen una gran vinculación con el sureste peninsular y más concretamente con esta área de Andalucía, ya que, de lo que tratan sus estudios es de analizar la evolución de los hábitats más extremos y la adaptación de las especies, tanto vegetales como animales, a dichos ecosistemas. Y para ello, las características geográfico-ambientales de esta zona la convierten en un campo de pruebas ideal para realizar investigaciones con resultados extrapolables a zonas similares.

Esta condición convierte a la EEZA en un instituto con proyección internacional, de ahí que sus investigadores estén acostumbrados a participar en proyectos donde intervienen universidades de todo el mundo. Ejemplos de ello son los estudios que han abordado, en colaboración con entidades de otros países, sobre el comportamiento de determinadas especies, como el efecto del cambio climático en el sistema inmunitario de los pingüinos antárticos o la conservación y reintroducción de gacelas en Senegal (criadas en el Parque de Rescate de la Fauna Sahariana, en la finca de La Hoya).

 

Como aclara su directora, Eulalia Moreno, “el denominador común de la mayoría de los proyectos es el análisis de los entornos extremos, desérticos o semidesérticos. Pero no se trata únicamente de climas cálidos, sino de ecosistemas cuyas condiciones ambientales de temperatura, precipitaciones, radiación solar, humedad, etc., son muy radicales, ya se trate de la Antártida o del desierto de Atacama, en Chile”.

En esta línea de actuación trabaja la EEZA con un objetivo último: la resolución de problemas ecológicos que permitan conciliar los intereses derivados de la preservación del medio ambiente y los de su explotación racional. Aquí la institución le está prestando una atención especial al fenómeno del calentamiento global y su impacto en la biodiversidad. “Nos interesa ver cómo las especies responden a este proceso y son capaces de sobrevivir en condiciones extremas, como un déficit hidráulico importante o una temperatura más elevada de lo normal, aunque no necesariamente dependa sólo del clima. Por eso se están realizando proyectos sobre ecología funcional y evolutiva de plantas y animales para saber cómo afecta a los organismos la evolución del paisaje, lo que nos ayudará posteriormente a generalizar patrones. En el caso de la fauna, por ejemplo, vemos cómo al abrigo de la retama, cuyas raíces alcanzan los 15 ó 20 metros de profundidad, crecen alrededor otras muchas plantas. Ése es el mecanismo que han desarrollado para sobrevivir a la sequía”.

 

Un objetivo de la EEZA es ver cómo las especies responden al calentamiento global. FIRMA: HGarrido/EBD-CSICEn este sentido y según los expertos, el sureste español parece ser un buen indicador de este cambio global que está afectando al resto de zonas áridas del planeta. Esto es así porque “desde un punto visita de riqueza endémica, existen especies que sólo se dan en esa parte del país, no sólo en número sino en calidad”, subraya la directora del centro, recalcando sin embargo que, tal y como ha demostrado el grupo de Desertificación y Geoecología (el segundo gran departamento junto al de Ecología Funcional y Evolutiva), “se observa que la distribución de determinadas especies se está limitando geográficamente de forma progresiva”, algo que podría estar muy vinculado con el proceso de desertización de la provincia.

Un centro bien valorado

La Estación Experimental de Zonas Áridas ha incrementado su plantilla notablemente en los últimos años, rozando ya el centenar de trabajadores entre investigadores y colaboradores.  

La EEZA ha estrenado recientemente ubicación en unas nuevas y sofisticadas instalaciones en el campus almeriense de La Cañada, muy cerca de una de las sedes del Parque científico-tecnológico (PITA). El nuevo enclave estratégico permitirá al centro del CSIC reforzar las relaciones y establecer nuevas sinergias con la propia Universidad de Almería, pero también con otras con las que ya colabora habitualmente, como la Universidad de Granada o la de Pablo de Olavide.

Por otro lado, la EEZA también va a integrarse en el Centro Nacional de Biodiversidad y Cambio Global, donde desarrollará fundamentalmente la línea de investigación ‘Ecología de zonas áridas y desertificación’.

 

Más información:

 

Estación Experimental de Zonas Áridas


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