VOLVER

Share

La influencia de los planetas podría afectar a la actividad magnética solar

El Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) participa en el desarrollo de una teoría que apoya la hipótesis de que los planetas afectan a la actividad magnética solar. Muestra cómo la pequeña influencia de los planetas podría imprimir su ritmo en un sistema como el Sol que, de confirmarse, permitiría predecir con más precisión eventos como las tormentas solares.

Fuente: Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CISC)


Granada |
30 de julio de 2021

Un equipo científico internacional con participación de investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) propone una explicación de cómo el pequeño efecto de marea de los planetas podría influir en la actividad magnética del Sol: la resonancia estocástica. Bajo ciertas condiciones, este fenómeno puede amplificar señales débiles, en su mayoría periódicas, hasta el punto de que produzcan consecuencias significativas.

Filamento de material solar expulsado al espacio durante una eyección de masa coronal, uno de los fenómenos asociados a la actividad magnética solar. / NASA

En 2012, un trabajo en el que participaba el IAA-CSIC publicó la hipótesis de que los planetas podrían influir en el Sol: se reconstruyó la actividad magnética solar durante los últimos diez mil años analizando la concentración de berilio-10 y carbono-14 en hielos de la Antártida y Groenlandia y se comparó con el movimiento de los planetas alrededor del Sol. Se hallaron coincidencias que sugerían un vínculo, un resultado opuesto a la convicción generalizada de que la influencia de los planetas sobre el Sol resulta insignificante. Hoy se publica una explicación teórica de cómo podría ocurrir, un nuevo modelo que, si se confirma, permitirá predecir con más precisión los fenómenos solares.

El mecanismo de resonancia estocástica fue propuesto en 1981 para explicar la alternancia entre los periodos glaciales e interglaciares terrestres como consecuencia de la variación de los parámetros orbitales de la Tierra (lo que se conoce como teoría de Milankovitch), y está relacionado con el concepto de biestabilidad.

Ciclos de actividad solar

El Sol presenta un ciclo de once años, a lo largo del que su actividad magnética (que se manifiesta en forma de manchas, explosiones y eyecciones de materia al espacio interplanetario) oscila desde un mínimo hasta un máximo. Pero hay otros ciclos de periodos más largos. “Hemos podido demostrar que el Sol tiene dos estados de actividad estables: un estado activo con gran amplitud y alta actividad solar, y un estado más tranquilo con una pequeña amplitud y menor actividad solar –indica Carlo Albert, investigador del del EAWAG de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (EHT) que participa en el trabajo–. Se trataría de un sistema biestable: suponemos que el Sol salta entre estos dos estados debido a las turbulencias en su interior”. Y, dado que la turbulencia ocurre aleatoriamente, se esperaría que estos cambios ocurrieran de manera completamente irregular e impredecible.

Imagen del Sol que combina datos en varias longitudes de onda y que muestra la complejidad del campo magnético solar. Puede verse una gran región activa en el centro del disco solar. Fuente: ESO/P. Horálek/SOHO (NASA&ESA)/SDO (NASA).

Los datos de medición de la actividad solar sugieren, sin embargo, que el salto de un estado a otro no ocurre al azar, sino que a menudo tiene un ritmo de unos doscientos años. Se trataría de un ciclo superpuesto al de once años, que el trabajo de 2012 atribuía a la influencia de los planetas, pero sin explicar cómo cuerpos tan pequeños podían afectar al Sol, cuya masa constituye el 99.86% de todo el Sistema Solar.

En este último trabajo publicado en la revista Astrophysical Journal Letters se propone una manera de amplificar esa influencia. “Los ingredientes de nuestro modelo son tres:  biestabilidad, una señal modulada periódicamente (procedente de la débil fuerza de marea ejercida por los planetas), y ruido en el sistema, originado por la convección turbulenta existente en una zona del Sol que va desde la superficie hasta una profundidad de unos 200.000 kilómetros –indica Antonio Ferriz Mas, investigador del IAA-CSIC y profesor de la Universidad de Vigo que participa en el trabajo–. Hay una intensidad de ruido óptima tal que la débil señal de las fuerzas de marea de los planetas es amplificada lo suficiente como para influir en la generación del campo magnético del Sol”.

¿Hacia un nuevo gran mínimo solar?

En un próximo paso, el equipo estudiará hasta qué punto las observaciones de la actividad solar a lo largo de los últimos siglos se pueden reproducir con este método. Así se confirmaría la teoría y también permitiría dar un paso más: predecir la actividad solar para las próximas décadas y siglos.

Tal predicción sería de gran interés, ya que parece que nos hallamos ante un punto de inflexión en la actividad solar. Según la hipótesis de 2012, ahora apoyada por este trabajo, el Sol se encuentra al final de una fase activa y dirigiéndose lentamente hacia una más tranquila, y se han observado los primeros signos de que el ciclo de once años se está debilitando.

Estas fases tranquilas se conocen como grandes mínimos, y los datos apuntan a que el Sol ha experimentado varios a lo largo de los últimos milenios. La última aparición de un gran mínimo, que tuvo lugar aproximadamente entre 1645 y 1715, coincidió con la etapa más intensa de un periodo especialmente frío en gran parte de Europa, conocido como la Pequeña Edad de Hielo (aunque no está demostrado claramente que haya una relación causa efecto entre ambos fenómenos). Pasarán, no obstante, algunos años más antes de que sepamos con certeza si el Sol entrará en un nuevo gran mínimo.

Referencia científica: 
C. Albert, A. Ferriz-Mas et al. Can Stochastic Resonance explain Recurrence of Grand Minima? Astrophysical Journal Letters. DOI: 10.3847/2041-8213/ac0fd6


Share

Últimas publicaciones

Un estudio demuestra la primera mejora significativa en dos décadas para tratar un subtipo de cáncer de hígado
España | 09 de enero de 2025

La revista The Lancet acaba de publicar los resultados de un ensayo clínico de fase III liderado por Josep Maria Llovet, del Clínic-IDIBAPS, en el que han participado 137 centros de todo el mundo y que supone el primer avance significativo en el tratamiento de pacientes con carcinoma hepatocelular en estadio intermedio en los últimos veinte años.

Sigue leyendo
Investigadores andaluces concluyen que los deportistas de trail tienen mayor riesgo de padecer cáncer de piel
Cádiz | 09 de enero de 2025

Este resultado es fruto de un trabajo de investigación, en el marco del Proyecto Soludable, sobre la incidencia de la radiación UV en participantes durante la prueba Ultra de Sierra Nevada 2023. Ha sido desarrollado por miembros del servicio de Dermatología y la unidad de Investigación del Hospital Universitario Costa del Sol, la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Cádiz, la Facultad de Medicina de la Universidad de Málaga y el Centro Andaluz de Medicina del Deporte.

Sigue leyendo
Desarrollan un estudio para determinar la presencia de microplásticos y nanoplásticos en suero de pacientes infartados
Jaén | 09 de enero de 2025

Está financiado por el Instituto de Estudios Giennenses y es “pionero en su enfoque”, ya que persigue determinar si estos contaminantes pueden ser considerados como nuevos factores de riesgo en enfermedades cardiovasculares, pudiendo ayudar a desarrollar estrategias de prevención y tratamiento, así como a concienciar sobre los riesgos de los contaminantes ambientales

Sigue leyendo

#CienciaDirecta

Tu fuente de noticias sobre ciencia andaluza

Más información Suscríbete

404 Not Found

404 Not Found


nginx/1.18.0
Ir al contenido