La Universidad de Cádiz cuenta con 10 laboratorios preparados para trabajar en las pruebas de diagnóstico de COVID-19 mediante RT-qPCR
Estos laboratorios, ubicados en los campus de Cádiz y Puerto Real, cuentan con personal investigador experto en el uso de estas técnicas que detectarían el ARN del coronavirus en personas infectadas, ya que esta prueba de diagnóstico se utiliza en todo tipo de investigaciones biológicas.
Fuente: Universidad de Cádiz
La Universidad de Cádiz ha informado a las autoridades sanitarias de que en la actualidad cuenta con una decena de laboratorios preparados para trabajar con RT-qPCR, una técnica analítica que puede utilizarse como prueba de diagnóstico en la detección del COVID-19 en personas infectadas.
Estos laboratorios, ubicados en los campus de Cádiz y Puerto Real, cuentan con personal investigador experto en el uso de estas técnicas, ya que esta prueba de diagnóstico se utiliza en todo tipo de investigaciones biológicas. Dicho de otro modo, “en la UCA, varios grupos de investigación trabajan de forma habitual cuantificando la expresión génica de una forma parecida a lo que habría que hacer en el caso del COVID-19. Cuantificar la expresión génica es cuantificar el ARN de un determinado gen en un momento concreto, por lo que cualquier grupo de investigación que esté utilizando esta técnica está preparado para detectar ARN del virus COVID-19 en la muestra de pacientes que estén contagiados”, como explica el profesor Carlos Pendón, responsable científico de la división de Análisis de Biomoléculas y Microscopía Confocal de los Servicios Centrales de Ciencia y Tecnología de la UCA.
La RT-qPCR (siglas en inglés de Reacción en Cadena de la Polimersa cuantitativa en Tiempo Real), es un tipo de prueba de diagnóstico en tiempo real que sirve para cuantificar la cantidad de ácidos nucleicos del ADN o ARN que tiene una muestra y que ayuda de forma importante, y de la manera más efectiva, a la detección y diagnóstico de patógenos y virus como el coronavirus. De hecho, se debe explicar que el COVID-19 es un virus ARN, así que cuando se recibe la muestra de un paciente lo primero que se debe hacer es aislar su ARN (en la que, además del ARN propio del paciente, podría estar el ARN del virus, si está infectado) y pasarlo a ADN, ya que la PCR amplifica dianas de ADN y no de ARN, de ahí que este paso sea imprescindible. El proceso se denomina Retrotranscripción y, una vez llevado a cabo, se puede observar si la muestra del paciente contiene moléculas que puedan pertenecer al virus. Si esto es así, se pueden amplificar selectivamente mediante RT-qPCR para cuantificar la cantidad de ARN vírico que puede contener la muestra.
Para que esta técnica pueda llevarse a cabo como prueba de diagnóstico “es necesario que los laboratorios estén equipados con diversos equipos habituales en los mismos, como son las cabinas para preparación de muestras y así poder evitar la contaminación de las mismas; micropipetas; centrífugas o centrifugadores (es una máquina que pone en rotación la muestra para –por fuerza centrífuga– acelerar la decantación o la sedimentación de sus componentes o fases, según su densidad) y por supuesto, los termocicladores o PCR cuantitativa”. Adicionalmente, “la disponibilidad de un equipo automatizado para el aislamiento del ARN de cada muestra aumentaría la capacidad de análisis que podríamos realizar, algo, esto último, de lo que en la UCA no disponemos, por lo que esta parte tendríamos que hacerla manualmente”, como explica el doctor Carlos Pendón. Además de ello, sería necesario el suministro de kits de extracción de ARN, ya que la muestra recogida de la zona nasofaríngea del paciente la debe suministrar las autoridades sanitarias, sin olvidar que el personal de la UCA necesitaría disponer de equipo de protección individual (EPI) para trabajar con seguridad.
En la Universidad de Cádiz, los equipos para realizar esta técnica son de dos tipos principalmente: CFX 96 Touch Real Time(96 muestras por cada análisis) y MiniOpticom (48 muestras en cada análisis), lo que supone unas 800 muestras en total. No obstante, hay que tener en cuenta que la capacidad real de los equipos es menor, ya que además de muestras de pacientes deben incluirse controles internos para que los resultados obtenidos sean fiables. Por ello, el número de muestras de pacientes que se pueden analizar en total de una sola vez serían alrededor de unas 750.
De igual forma, se debe indicar que cada análisis puede durar alrededor de 80-90 min, tras lo cual se pueden volver a analizar otras tantas muestras. Aunque este proceso es relativamente rápido, “el verdadero cuello de botella está en la preparación de muestras, que es donde se tarda más y para lo que se deberían utilizar equipos automáticos de extracción en los hospitales”, como se indica desde la Universidad.
Las ventajas que tienen las pruebas de diagnóstico RT-PCR se centra en su rapidez, sensibilidad, la necesidad de poca cantidad de muestra del paciente y la posibilidad de repetir los análisis si los resultados no son claros o concluyentes. En cuanto a las desventajas, residen en que las muestras se pueden contaminar fácilmente (dando falsos positivos) y en tener todos los equipos y protocolos validados por las autoridades competentes, sin olvidar que, en el caso de la detección del COVID-19, sería necesario llevar controles positivos y negativos. Además de ello, desde la división de Análisis de Biomoléculas y Microscopía Confocal de los Servicios Centrales de Ciencia y Tecnología de la Universidad de Cádiz se insiste en la necesidad de estar organizados y coordinados con el servicio de análisis sanitario correspondiente para que los resultados que se pudieran dar estuviesen validados. Algo para lo que se pide también trabajar con previsión y “en el caso de que se nos requiera para ello, estuviésemos preparados”.
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