LA UNIVERSIDAD DE JAÉN DESCUBRE QUE LA RANA COMÚN ES EL MEJOR INDICADOR DE CONTAMINACIÓN DE HUMEDALES
Fuente: InnovaPress
Imagen: www.sierradebaza.org
Para ello, el grupo dirigido por Gema Parra ha utilizado varias especies de anfibio como indicadores de degradación al tiempo que han evaluado distintos biomarcadores que podrían ser útiles en la identificación de procesos de contaminación provocados por la agricultura intensiva.
El objetivo final de la investigación será definir herramientas y estrategias de conservación de estos espacios, que podrían ser aplicables a todas las zonas de Andalucía que presenten características similares a las de Jaén.
El cambio que nos afecta
Una de las principales causas que está provocando la reducción de estos animales en el entorno jiennense es el impacto de la contaminación, que es una consecuencia directa del uso de productos agroquímicos. Por este motivo, el equipo de la UJA trabaja sobre biocidas (pesticidas, herbicidas ) y productos fertilizantes. Los productos en los que nos hemos centrado han sido el sulfato de cobre, que es un fungicida, una sustancia tóxica que se emplea para impedir el crecimiento o para matar los hongos perjudiciales para las plantas; en el dimetoato, insecticida que en la actualidad está prohibido, pero se ha utilizado y se sigue usando en los campos de la provincia; y el nitrato amónico, fertilizante de amplio uso, explica Gema Parra.
Los científicos han realizado diferentes estudios con Bufo bufo (sapo común), Epidalea calamita (sapo corredor), Pelophilax perezi (rana común), Discoglossus jeaneae (Sapillo pintojo) y Pelobates cultripes (sapo de espuelas), especies que han sido elegidas porque sus puestas son numerosas. Con menos de una quinta parte de la puesta se pueden hacer numerosos análisis, y su retirada del medio natural no llega a afectar negativamente a la población, explica Parra Anguita. Tras analizarlas, los expertos de la UJA han llegado a la conclusión de que la rana común es la más resistente y que está presente en la mayoría de los humedales, incluso en los más contaminados. Podría ser el mejor indicador de alarma, indicando su presencia en exclusividad en un humedal que el sistema está alterado.
Asimismo, han detectado alteraciones tanto fisiológicas, bioquímicas y de comportamiento en las larvas que están expuestas a estos productos, y por tanto se podrían utilizar como biomarcadores de contaminación.
Uno de los que está dando mejores resultados es el biomarcador de comportamiento. Según la investigadora, tan sólo con ver una alteración en los renacuajos, el técnico encargado de la zona alertaría del proceso de contaminación. Este biomarcador no es agresivo ni para el medio ni para el individuo con el que se está trabajando. Además es rápido, barato y sencillo.
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