Una máquina pasa por primera vez el test de Turing
Fuente: SINC
Este fin de semana, coincidiendo con el 60 aniversario de la muerte del Alan Turing, investigadores de la Universidad de Reading han organizado en la Royal Society de Londres una prueba para comprobar si las máquinas pueden ‘pensar’ y superar el famoso test del matemático británico.
El experimento consistía en que un equipo de personas planteaba una serie de preguntas mediante el teclado durante cinco minutos y debía juzgar si las respuestas recibidas procedían de un ser humano o de una máquina. Para superar el test se requería que al menos un 30% de los jueces no lo supiera discernir.
El ganador fue Eugene, un programa informático desarrollado en Rusia por los investigadores Vladimir Veselov –actualmente en EE UU– y Eugene Demchenko. Se trata de un software que simula las respuestas de un adolescente de 13 años, y que consiguió engañar al 33% de los evaluadores, haciéndolos pensar que era una persona la que respondía al otro lado del ordenador.
«En el campo de la inteligencia artificial no hay hito más emblemático y polémico que la prueba de Turing, y estamos orgullosos de confirmar que este sábado se ha pasado por primera vez”, destaca el profesor Kevin Warwick de la Universidad de Reading, quien recuerda que en este test no ha habido ningún tipo de restricción en las conversaciones y que se ha verificado de forma independiente.
«Por supuesto, la prueba tiene implicaciones para la sociedad actual –añade–. Tener un computador que pueda engañar a un ser humano y hacerle pensar que alguien o algo es una persona en la que confiamos es una llamada al cibercrimen; y la prueba de Turing es una herramienta vital para combatir esta amenaza”.
Impacto más mediático que científico
La primera superación del test de Turing ha despertado gran interés en los medios de comunicación y las redes sociales, pero no tanto en los científicos e ingenieros que trabajan en el campo de la computación.
“Es curioso que se haya tardado tanto en superar este ‘juego de imitación’ planteado en los años 50 por Turing, pero no creo que tenga consecuencias más allá del impacto social o mediático”, valora para Sinc Manuel de León, director del Instituto de Ciencias Matemáticas (ICMAT).
El matemático señala que en este test a veces las respuestas son ambiguas y es difícil discernir si son de hombre o máquina, por lo que hay un factor de subjetividad. “Hay que poner las cosas en contexto, y lo que se ha hecho es un programa diseñado para engañar a los jueces y superar el mínimo del 30% planteado. Pero realmente, en lo que respecta a la investigación en computación e inteligencia artificial, no creo que suponga un gran avance, y tampoco se trata de un artículo científico en el que se prueben resultados”, concluye.
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