CIENTÍFICOS DE LA UNIVERSIDAD DE CÁDIZ VELAN POR LA CONSERVACIÓN DE ECOSISTEMAS DE LAS PRADERAS MARINAS
Fuente: Universidad de Cádiz
Miembros del grupo RNM-214: Estructura y dinámica de ecosistemas acuáticos de la Universidad de Cádiz, que dirige el catedrático Juan José Vergara Oñate y que está integrado dentro del área de especialización de recursos del mar que se recoge en este Campus de Excelencia Internacional de Mar (CEI.Mar), han puesto en marcha el proyecto Sea-live, financiado en la última convocatoria del Plan Nacional del extinto Ministerio de Ciencia e Innovación con una cuantía económica de 275.000 euros.
Esta iniciativa tiene como objetivo incrementar el conocimiento científico sobre el funcionamiento de estos ecosistemas. Esto es posible a través del estudio integrado de las interrelaciones que hay entre las praderas de fanerógamas (plantas con flor que desarrollan todo su ciclo de vida en el mar) y los demás componentes de su entorno para permitir desarrollar herramientas que mejoren la gestión de los mismos.
De igual forma, a través de este proyecto, se pretende estimular e incrementar la transferencia del conocimiento generado sobre estos sistemas a la sociedad, mostrando especial atención en los gestores y responsables políticos con el objeto de involucrar a estos actores sociales en la protección y gestión de estos complejos ecosistemas.
Para comprender mejor este estudio es importante señalar que estas plantas marinas, a diferencia de las algas que pueden estar en fondos rocosos, son capaces de vivir en fondos arenosos, blandos y móviles que son los que ocupan la mayor parte de las zonas costeras. Las praderas marinas se encuentran entre los ecosistemas más productivos de la biosfera lo que, unido al valor económico de las funciones y servicios que proporcionan al ser humano, hacen de ellas elementos clave tanto para el funcionamiento de ecosistemas adyacentes como para el bienestar de los seres humanos. Sin embargo, en la actualidad, las praderas de fanerógamas marinas se ncuentran entre los ecosistemas más amenazados del planeta, con un incremento continuo en sus tasas de desaparición global.
Como muestra de su importancia, baste decir que los fondos de la Bahía de Cádiz se encuentran cubiertos en su mayor parte por diferentes macrófitos marinos (Zostera noltii, Cymodocea nodosa Zostera marina y Caulerpa prolifera) que ofrecen una serie de beneficios directos e indirectos a las poblaciones del entorno ya que gracias a ellas se produce el mantenimiento y la cría diversas especies de gran interés económico, se reduce el nivel de erosión y se mantiene la calidad del agua.
Sin embargo, los asentamientos humanos suponen una amenaza sobre estos sistemas, lo que puede llevar a la regresión de los mismos con la consiguiente pérdida de los servicios y funciones que prestan al ser humano. Aunque en los últimos años existe unanimidad tanto en el mundo científico como entre los gestores acerca de la importancia de estos ecosistemas, la falta de carisma de los mismos hace que pasen desapercibidos para un gran sector de la población.
Así, «queremos concienciar a la sociedad de la importancia que tienen estas praderas para todos. Su conservación es vital para nuestro desarrollo económico ya que, por ejemplo, en esta zona se desarrollan muchas especies comerciales como los berberechos o los chocos en sus etapas juveniles, o bien depositan sus huevos, sin olvidar que en los últimos años la pérdida importante de estas praderas ha derivado en un daño considerable de la calidad del agua, y sin calidad en el agua no hay turistas. De igual forma, su desaparición puede generar pérdidas de arena, así que perdemos playa… y eso evidentemente también repercute en el sector turístico», como explica el coordinador de este proyecto, el profesor de la UCA Fernando Brun Murillo.
Es interesante destacar que, dentro de este proyecto en el que participan un total de 20 investigadores, hay una parte dedicada a analizar el contenido en metabolitos secundarios (compuestos orgánicos sintetizados por el organismo que no tienen un papel directo en el crecimiento o reproducción del mismo) de estas plantas. Y es que «generalmente los metabolitos tienen una gran diversidad de actividades biológicas pero nosotros pensamos, tras nuestros estudios iniciales, que la presencia de estos en las praderas de fanerógamas está directamente relacionado con su capacidad antioxidante, es decir, que estos son protectores de la radiación ultravioleta que se dan en estas zonas», de esta forma, «una parte del trabajo se centrará en realizar un estudio exhaustivo de la presencia de los metabolitos como un parámetro que sirve para medir el estado de conservación de las praderas», en palabras de la profesora María Jesús Ortega, quien pertenece al grupo FQM-169: Aislamiento, determinación estructural y síntesis de productos naturales.
El proyecto Sea-Live lleva asociada una beca FPI y un contrato de investigación y además en él participan seis instituciones diferentes pertenecientes a cinco países distintos. Asimismo, los gestores locales como el parque natural Bahía de Cádiz o el parque metropolitano de los Toruños y Pinar de la Algaida se encuentran también involucrados en esta iniciativa, asegurando de este modo un a transmisión más directa de los resultados obtenidos a la gestión de estos espacios naturales.
El proyecto se completa con un voluntariado ambiental (FAMAR) y con el desarrollo de un programa de educación ambiental (FAMAR-EA), que sirven de vehículos de transmisión a los ciudadanos y escolares de los valores ambientales y riqueza natural que poseen nuestras costas. «Sólo a través de la educación y concienciación de todos los sectores que pueden afectar, o que disfrutan de estos valiosos ecosistemas se podrá conseguir una gestión y conservación sostenible de los mismos a largo plazo», como sentencian desde la UCA.
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