COVID-19 y salud mental: cómo actuar durante el brote
La evolución de la epidemia del SARS-CoV-2 se vive casi en directo en todos los países del mundo, lo que está generando mucho estrés en la población. La Organización Mundial de la Salud ha publicado un conjunto de recomendaciones como apoyo al bienestar psicológico durante el brote.
Fuente: Agencia SINC
A finales de enero de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que el brote de una nueva enfermedad por coronavirus –COVID-19– en la provincia de Hubei (China) se había convertido en una emergencia de salud pública de interés internacional: existía un alto riesgo de que se extendiera a otros países del mundo.
Entre febrero y marzo, el SARS-CoV-2 (como se conoce oficialmente al virus) ha alcanzado a 115 estados y afectado a casi 120.000 personas. Pero además de la diseminación de la epidemia, esta crisis está generando mucho estrés en la población.
Por ello, desde la OMS se han desarrollado una serie de consideraciones de salud mental para los diferentes sectores de la población como apoyo al bienestar psicológico durante el brote de COVID-19.
Para la sociedad en general, se recomienda no atribuir la enfermedad a ninguna etnia o nacionalidad y ser empático con los afectados. Además se sugiere no hablar de ellos como ‘casos de COVID-19’, ‘víctimas’, ‘familias de COVID-19’ o ‘enfermos’.
“Son ‘personas que tienen COVID-19’, ‘personas que están siendo tratadas por COVID-19’ o ‘personas que se están recuperando de COVID-19”, puntualizan desde la institución. “Después, su vida continuará con sus trabajos, familias y seres queridos”, continúan.
Por otro lado, se aconseja no ver, leer o escuchar noticias que causen ansiedad o angustia y buscar información principalmente para tomar medidas de protección. Y no estar constantemente pendiente de la evolución, sino buscar una o dos veces al día las actualizaciones.
“El flujo casi constante de noticias sobre un brote puede hacer que cualquiera se sienta preocupado. Conozca los hechos. Reúna información a intervalos regulares, desde el sitio web de la OMS y las plataformas de las autoridades sanitarias locales, para distinguir los hechos de los rumores”, explican.
Por último, remarcan la importancia de encontrar el lado positivo de la epidemia, como todas las personas que han experimentado este nuevo coronavirus y lo han superado (casi 66.000 en todo el mundo), y de reconocer el papel del personal sanitario que trabaja para salvar vidas.
La importancia de cuidar a los trabajadores de la salud
En una situación como la actual, es normal que el personal sanitario se sienta estresado. “El estrés y los sentimientos asociados no significan que no se pueda hacer el trabajo o se sea débil”, aclaran desde la OMS. “La gestión del estrés y el bienestar psicosocial durante este período es tan importante como la gestión de la salud física”, explican.
Los expertos del Departamento de Salud Mental de la organización insisten a los trabajadores de la salud en la importancia de atender sus necesidades básicas y asegurarse de descansar, comer de forma saludable y realizar actividad física.
Y para evitar el estigma o miedo por parte de su comunidad, se recomienda mantener el contacto con sus seres queridos, incluso a través de métodos digitales.
“Este es un escenario único y sin precedentes para muchos trabajadores, particularmente si no han estado involucrados en respuestas similares. Aun así, utilizar las estrategias usadas en el pasado para controlar el estrés puede beneficiarle ahora incluso si el escenario es diferente”.
Más ansiedad entre los más vulnerables
Los adultos mayores, especialmente los que están aislados y los que padecen deterioro cognitivo o demencia, pueden sentirse más ansiosos, enojados, estresados, agitados y retraídos durante el brote o mientras están en cuarentena.
“Hay que proporcionar apoyo práctico y emocional a través de familiares y profesionales de la salud y dar información clara sobre la forma de reducir el riesgo de infección con palabras que puedan entender las personas mayores”, apuntan desde la institución sanitaria.
“Las instrucciones deben comunicarse de forma clara, concisa, respetuosa y paciente”, añaden, “y también puede ser útil que la información se muestre por escrito o en imágenes”.
El estrés de estar aislado
Con respecto a las personas en situación de aislamiento, se recomienda mantener las rutinas diarias personales. “Si las autoridades sanitarias han recomendado limitar el contacto social físico para contener el brote, puede mantenerse conectado a través del correo electrónico, los medios sociales, la videoconferencia y el teléfono”.
Los organismos de salud pública y los expertos de todo el mundo están trabajando para garantizar la mejor atención a los afectados, pero es normal sentir intranquilidad. Durante los momentos de estrés, desde la OMS aconsejan realizar actividades relajantes, hacer ejercicio con regularidad, mantener rutinas de sueño regulares y comer alimentos saludables.
“Busque actualizaciones de la información y orientaciones prácticas en momentos concretos del día y evite escuchar o seguir rumores que le hagan sentir incómodo”, concluyen los especialistas.
Últimas publicaciones
Un equipo del Instituto Universitario de Investigación Marina (INMAR) de la Universidad de Cádiz ha demostrado que el exceso de nutrientes y la acción de los animales que se alimentan de las plantas afectan al secuestro de carbono del fondo del mar. Los expertos analizan cómo estos factores interactúan con las estaciones del año, subraya los peligros del cambio climático y la creciente presión humana sobre estos ecosistemas.
Un proyecto de investigación en el que ha participado la UCO explora los impactos ecológicos de la deslocalización alimentaria y revela cómo la población vulnerable se expone a alimentos de baja calidad nutricional pese a la disponibilidad de productos frescos.
Sigue leyendoLa Infraestructura Científico-Técnica Singular de Doñana acoge el proyecto de investigación ECOFIRE, con la colaboración del INFOCA, para mejorar el hábitat del parque mediante la eliminación del matorral envejecido. Se trata de una práctica para que pueda crecer pasto de calidad y así favorecer a las poblaciones de conejo, una especie en declive en Doñana que, sin embargo, es la principal presa de dos emblemáticos depredadores de la zona: el lince ibérico y el águila imperial.
Sigue leyendo