Crean un sistema para acreditar las competencias en el ámbito de la educación de adultos
El proyecto SOSTRA, en el que participan expertos internacional entre ellos investigadores de la Universidad de Córdoba, ha creado un proceso de aprendizaje digital basado en insignias para acreditar las competencias que deben tener las personas que se dediquen a la educación de adultos.
Fuente: Universidad de Córdoba
Desde que una persona abre los ojos por primera vez hasta que es anciana, no deja de aprender. Sin embargo, parece que el sistema educativo se ha venido centrando en un solo tipo de aprendizaje: en adquirir conocimientos. Estos son ciertamente muy importantes. Para que una persona conozca quién es y qué lugar ocupa en el mundo debe aprender historia, geografía y literatura. Debe conocer sus derechos y obligaciones, todo ello para desenvolverse en sociedad y conocer cómo es el mundo que le rodea. Pero también es esencial que aprenda otras cosas, como saber tratar a los demás, socializar, gestionar y resolver problemas o saber comunicarse en público. Son lo que se conocen como competencias blandas.
Las empresas e instituciones demandan cada vez más una serie de habilidades y competencias que en la práctica suele ser difícil de demostrar, puesto que no se pueden adquirir de la misma forma que los conocimientos y no pueden seguir los mismos patrones de examen para valorarlos. Estos se suelen adquirir estudiando, mientras que las habilidades se desarrollan con la práctica.
Para avanzar en nuevas formas de reconocer habilidades y competencias surge el proyecto Sostra en el que participan varias entidades de Finlandia, España y en concreto la Universidad de Córdoba, Italia, Rumanía y Polonia. La iniciativa tiene como objetivo la creación de un proceso de aprendizaje digital abierto basado en «insignias» -una forma de acreditaciones para demostrar el desarrollo de las compentencias- destinado a profesionales de la educación de adultos.
«En la actualidad, las insignias o credenciales digitales, en inglés «badges», se están incorporando a los currícula como un mérito formativo más y tienen la ventaja de que se pueden adquirir online con garantías similares a la formación presencial», explica Francisco Saco, investigador responsable del equipo de la Universidad de Córdoba participante en el proyecto y que forma parte del grupo de investigación «Dirección de empresas y economía aplicada».
El proyecto ha creado una plataforma web (sostra.eu) donde cualquier persona interesada en obtener una cualificación de sus competencias puede entrar y seguir el procedimiento establecido. Al iniciarse en el sistema, la persona usuaria deberá realizar primero una autoevaluación del nivel actual de desarrollo de las habilidades blandas que se identifican como claves para el profesional educador. El equipo internacional ha identificado quince competencias clave entre las que se encuentran la empatía, el respeto, la atención a la diversidad, el pensamiento crítico, la creatividad o la escucha activa, entre otras.
Una vez realizada la autoevaluación, el sistema propone las habilidades que se deben mejorar y presenta una serie de herramientas de aprendizaje y de contenidos digitales elaborados por los socios del proyecto. Cuando la persona realiza los ejercicios propuestos, el sistema le solicita una serie de «evidencias» para demostrar el aprendizaje. Esta debe enviar el material solicitado que justifique la adquisición de la competencia determinada y un miembro del equipo del proyecto en cada país evalúa si efectivamente se ha alcanzado el nivel necesario para acreditarla. Si es así, obtendrá una insignia que, gracias al sistema de «Open Badge Factory» podrá compartir en su currículum y en redes sociales como Linkedin.
Las habilidades blandas son muy importantes prácticamente en todos aquellos empleos en los que existe relación con otras personas. El resultado del trabajo realizado depende en gran medida de esas habilidades, que le permiten obtener sinergias dentro de un equipo de trabajo, complementar sus habilidades con las de otros compañeros y entenderse con ellos. En el mundo laboral no hay sitio para “lobos solitarios”, el trabajo es complejo y requiere siempre del apoyo de los demás. «En un mundo en el que la formación es necesaria para toda la vida laboral del individuo y donde se aprecia que la movilidad laboral es cada vez más habitual, es necesario que, además de los clásicos títulos académicos, se puedan obtener otras habilidades y demostrar que se poseen» afirma el investigador Francisco Saco.
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