El oso de Troya, un cómic sobre el cambio climático
Fuente: CSIC
Cuando Pelopantón, un dúo de artistas formado por Luis Resines y Ana Bonilla, fueron testigos gracias al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de los problemas que afronta el Ártico, no dudaron en poner su creatividad al servicio de la divulgación científica. “A los científicos que investigan en el Ártico les pasa un poco como a Casandra, que fue maldecida por Apolo haciendo que nadie creyera en sus predicciones. Alertan sobre los peligros del cambio climático, pero nadie parece querer escuchar lo serio que es el tema”, indica Resines.
El mito al que se refiere este dibujante, punto de partida de su cómic El oso de Troya, es el de la bella hija de Hécuba y Príamo, rey de Troya. “Su belleza enamora a Apolo y este le promete el don de la profecía a cambio de su amor. Sin embargo, llegado el momento, Casandra rechaza al dios del Sol y él la maldice provocando, a la larga, la caída de Troya hacia el año 1300 antes de nuestra era. Aunque Casandra alerta a los troyanos de que desconfíen de un regalo que llega en forma de un gigantesco caballo de madera, nadie la cree”, explica.
El Ártico es Troya
En el marco del proyecto europeo con participación del CSIC Arctic Tipping Points (ATP), Resines se embarcó en junio de 2011 en el buque noruego de investigación oceanográfica Jan Mayen. Allí, en pleno Círculo Polar Ártico, mientras compartía impresiones con científicos y periodistas, se gestó la idea de este cómic.
La historia comienza con la caída de Troya para trasladarse rápidamente al siglo XXI. “Ya en la actualidad, un experto en la Grecia clásica viaja al Ártico respondiendo a la llamada de un grupo de investigadores. Han descubierto algo que ha permanecido congelado y enterrado en el hielo”, detalla David Finch, guionista del cómic.
“Según los científicos, el Ártico presenta la mayor concentración de tipping points o elementos de inflexión potenciales del planeta, entre ellos, el hielo oceánico, la placa de hielo de Groenlandia, las regiones de formación de aguas profundas del Atlántico Norte, los bosques boreales, las comunidades de plancton, el permafrost y los hidratos de metano marinos”, aclara la directora de arte Ana Bonilla, que agrega que esta iniciativa tiene como misión“crear materiales que lleguen a la sociedad, sobre todo a los más jóvenes, y creen conciencia sobre el cambio climático”.
Con este mismo objetivo, Pelopantón ya colaboró con el guionista Finch en el cómic Expedición Malaspina. Un viaje de 200 años (CSIC y Editorial Catarata), enmarcado en el proyecto Malaspina 2010 liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Para publicar El oso de Troya, este equipo de creadores busca actualmente financiación a través de la plataforma de crowdfunding I Love Science.
Últimas publicaciones
Científicos del Instituto de Agricultura Sostenible de Córdoba han diseñado una metodología para analizar por separado los microorganismos que habitan sobre los fragmentos de acolchados plásticos que cubren el suelo en la agricultura intensiva y los que viven en las partículas de tierra que se quedan adheridas. El trabajo podría ayudar a identificar bacterias capaces de degradar este material y contribuir así a la búsqueda de soluciones biológicas para combatir su acumulación en el campo.
Investigadores de la Universidad de Málaga han desarrollado un algoritmo de Inteligencia Artificial (IA) que realiza un agrupamiento no supervisado de objetos similares evitando el etiquetado manual. Este modelo es capaz de detectar una gran diversidad de elementos en la zona de pistas de un aeródromo, desde personas hasta aviones. Otra de las novedades es su optimización para ahorrar tiempo de cálculo y energía en las tareas de identificación, de forma que permite su uso en dispositivos de bajo consumo.
Sigue leyendoEl estudio, liderado por el Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada con la participación de la Universidad de Granada, reveló que las niñas con mayor exposición al bisfenol A presentaban un riesgo casi tres veces mayor de desarrollar sobrepeso u obesidad. El hallazgo destaca la necesidad de seguir investigando sobre la relación entre contaminantes ambientales y enfermedades metabólicas para mejorar el bienestar de la población infantil.
Sigue leyendo