El grupo, dirigido por los investigadores Massimo Gasparini y Santiago Rodero y con la colaboración de los alumnos de la Facultad de Filosofía y Letras, el Ayuntamiento de Baena y Carlos León, propietario de los terrenos que albergan los restos arqueológicos; ha descubierto parte del trazado de la fachada del edificio con un excelente estado de conservación en parte de las estructuras. En el flanco sureste del anfiteatro, aún sin haber llegado a excavar hasta la altura del podio que separaba a los espectadores de la arena de lucha, se ha alcanzado una altura de 3 metros al exterior, por lo que parece que el edificio conservaría hasta 5 metros de altura en sus estructuras. Con una altura de casi tres metros al exterior.
Los 8 pasillos del graderío y la cubierta de piedra de uno de ellos como ‘techo’ romano pone al descubierto una remodelación posterior a la construcción que aumenta la vistosidad del edificio. La ausencia de asientos en el graderío hace pensar que estos eran de madera.
La cota de la arena y la altura del podio, que estarían a más de 5 metros de profundidad quedarían ocultos y pendientes de futuros plantes de actuación que puedan afrontar la envergadura que requiere llegar a estos niveles para los que habría que mover un gran volumen de metros cúbicos de suelo que cubren el suelo del anfiteatro.
Con el resultado derivado de estos trabajos se cumplen los objetivos de conocimiento científico propuestos por la Universidad de Córdoba: constatación del hallazgo, delimitación de las medidas (69x64m), clarificación de su arquitectura, cronología y estado de conservación. Una vez esbozada la situación del anfiteatro, la excavación ha sido cubierta con geotextil y arena fina que protegerá las estructuras para que, posteriormente, se pueda seguir conociendo un poco más d esa Córdoba romana que pertenece latente bajo las ciudades actuales.