Hallado un nuevo biomarcador que predice la eficacia de la inmunoterapia en cáncer de colon
Un nuevo estudio multidisciplinar liderado por científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y en el que participa la empresa bioinformática sevillana CAEBI revela la importancia de una proteína, denominada Superóxido Dismutasa 3, o SOD3, para que los linfocitos pueden infiltrarse en el tejido tumoral para destruir las células cancerígenas. En concreto, los niveles de esta proteína determinan la tasa de recaída y la supervivencia en estadíos tempranos.
Fuente: CSIC
Un nuevo estudio multidisciplinar liderado por científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas revela la importancia de una proteína (Superóxido Dismutasa 3, o SOD3) para que los linfocitos pueden infiltrarse en el tejido tumoral para destruir las células cancerígenas. El trabajo, dirigido por los investigadores Santos Mañes y Emilia Mira, del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), describe cómo la proteína SOD3 modifica la composición de la membrana basal sobre la que se asientan las células de los vasos sanguíneos. De esta forma, la membrana se hace más permisiva al paso de los linfocitos, que pueden eliminar las células cancerígenas.
Los resultados del estudio, publicado en la revista Journal for ImmunoTherapy of Cancer, sugieren que los niveles de la proteína SOD3 pueden ser utilizados como un biomarcador de buen pronóstico en cáncer de colon y su podrían combiarse con tratamientos basados en la inmunoterapia anti-tumoral.
Durante el desarrollo de tumores, se produce una competición entre el sistema inmune del paciente, que trata de eliminarlos, y las propias células tumorales, que desarrollan estrategias de evasión, según explican los investigadores. En algunos casos, con inmunoterapia se han conseguido resultados espectaculares, con remisiones completas de tumores en un estado avanzado. Pero el número de pacientes que se benefician a largo plazo de la inmunoterapia es bajo. El fallo de la inmunoterapia en esos pacientes se suele deber a la baja capacidad de los linfocitos T del torrente sanguíneo de infiltrarse en el tejido tumoral y eliminar las células cancerígenas.
Lorena Carmona-Rodríguez, investigadora del CNB-CSIC, señala: “Los niveles de la proteína SOD3 son altos en los tejidos sanos, pero muy bajos en la mayoría de los tumores, lo que contribuye a excluir a los linfocitos citotóxicos del microambiente tumoral. “El aumento de la proteína SOD3 en el microambiente tumoral -señala Diego Martínez-Rey, co-autor del trabajo- permitiría un cambio en los vasos sanguíneos del tumor, haciéndolos más permeables para la salida de las células citotóxicas”.
En colaboración con oncólogos y patólogos de los hospitales Clínico San Carlos y Gregorio Marañón, los investigadores han verificado que este mecanismo se produce también en tumores colorectales humanos. El tratamiento de los pacientes con cáncer de colon en estadío temprano consiste en la resección quirúrgica del tumor, aunque en algunos pacientes el tumor vuelve a reaparecer años más tarde (recidiva).
En muestras obtenidas de pacientes con cáncer, los investigadores han observado una correlación positiva entre los niveles de la proteína SOD3, la infiltración de linfocitos citotóxicos y una menor tasa de recidiva de estos pacientes. El 95% de los pacientes con niveles altos de proteína SOD3 en sus tumores no volvieron a padecer la enfermedad tras la cirugía, mientras que el 40% de los que tenían niveles bajos de SOD3 sufrieron una recidiva del tumor antes de los 5 años.
En este trabajo han participado oncólogos y patólogos del Hospital Universitario Clínico San Carlos y del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, investigadores del Instituto de Investigaciones Biomédicas Alberto Sols (IIB-CSIC-UAM) y de la empresa bioinformática sevillana CAEBI.
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