Un estudio confirma que los gorriones de Madrid desafían la selección natural como único proceso de adaptación evolutiva
Un experimento realizado en la Casa de Campo de Madrid con gorriones molineros demuestra que los animales son capaces de elegir sus hábitats en función de cómo se adaptan sus características individuales al entorno. El trabajo fue realizado en la Universidad Complutense de Madrid y tiene su origen en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.
Fuente: Universidad Pablo de Olavide
Un estudio liderado por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) confirma que la selección natural no es el único camino hacia la adaptación de las poblaciones animales. La selección de hábitat basada en el rendimiento también puede facilitar el proceso de adaptación biológica.
“Nuestro estudio revela que la selección de hábitat basada en el rendimiento permite a los animales elegir el entorno en el que mejor encajan sus características como, por ejemplo, el tamaño de su pico. Es decir, donde mejor rinden. De este modo, pueden adaptarse”, explica Gabriel Munar Delgado, investigador de la UCM en el momento del estudio y actualmente en el Centro de Investigação em Biodiversidade e Recursos Genéticos de Portugal.
“Cuando los animales eligen su hábitat en función de sus características individuales son capaces, en cierto modo, de esquivar la selección natural. No siempre hace falta que solo los más aptos sobrevivan y se reproduzcan para que las poblaciones animales se adapten. Si todos son capaces de elegir su hábitat óptimo, las poblaciones también se adaptan” enfatiza Munar-Delgado.
El trabajo, que tiene su origen en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla y que se acaba de publicar en la revista Current Biology, se realizó en la reserva ornitológica del Encinar de San Pedro de la Casa de Campo de Madrid durante los años 2021 y 2022. Allí, investigadores de la UCM monitorizan la población de gorriones molineros desde hace una década revisando las cajas nido instaladas en la zona.
Para llevar a cabo el experimento, los investigadores equiparon a los gorriones con una pequeña anilla de plástico en una de sus patas que contenía un microchip, similar al de las mascotas, con un código de identificación único para cada uno.
En otoño de 2021, los investigadores instalaron comederos electrónicos inteligentes en dos áreas distintas dentro del Encinar de San Pedro. Estos comederos, que normalmente permanecían cerrados, se abrían automáticamente al detectar ciertos microchips. Se programaron de tal manera que, en una de las zonas, solo la mitad de los gorriones podía acceder a las semillas, mientras que, en la otra zona, el acceso estaba restringido a la otra mitad. Además, las cajas nido instaladas también fueron trasladadas a estas dos áreas y fueron equipadas con lectores de microchips para poder registrar dónde criaban los gorriones.
De este modo, los gorriones exploraron y descubrieron las zonas donde podían obtener semillas de los comederos, utilizándolos hasta su época de cría, en primavera-verano de 2022. Durante este tiempo, los investigadores revisaron los datos de los lectores de las cajas nido y observaron en qué zona habían criado a sus polluelos los gorriones que tenían acceso a las semillas en una de las dos zonas.
“Los resultados fueron muy claros: la inmensa mayoría de los gorriones eligió criar en la zona donde tenía acceso a las semillas. De esta forma, lograron tener un 30% más de polluelos. Esto demuestra la capacidad de los gorriones para valorar en qué hábitat están mejor adaptados y moverse hacia esas zonas para reproducirse”, destaca Munar-Delgado.
Esta observación confirma que la selección de hábitat dependiente del rendimiento influye en la distribución de estas aves. Asimismo, se constató que la gran mayoría de los gorriones se emparejaron y tuvieron polluelos con otros gorriones que también tenían acceso a las semillas en la misma zona.
“Cuando los animales con características similares eligen vivir en los mismos entornos, esto evita que emparejaren con aquellos que tienen características diferentes. De este modo, los desplazamientos y estos emparejamientos hacen que los grupos y sus descendientes se adapten a los distintos entornos, sin necesidad de que intervenga la selección natural”, señala Pim Edelaar, profesor de la Universidad Pablo de Olavide e investigador principal del proyecto.
Se espera que los resultados de este estudio tengan un gran impacto en cómo se entiende y estudia proceso de adaptación biológica en el mundo científico. Asimismo, a largo plazo, podrían influir en políticas ambientales, gestión de ecosistemas, control de plagas y conservación de la biodiversidad. “Comprender cómo los animales a nivel individual pueden —o incluso necesitan— elegir su hábitat en función de sus propios rasgos facilitará la comprensión del proceso de adaptación y la creación de estrategias de conservación más efectivas”, concluyen los investigadores.
Referencia:
Munar-Delgado et al., ‘Performance-based habitat choice can drive rapid adaptive divergence and reproductive isolation’, Current Biology (2024)
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