Asocian el aumento del cáncer de colon en jóvenes con una infección bacteriana en la infancia
La incidencia de este tipo de tumor en adultos jóvenes ha crecido el doble en los últimos 20 años. La razón puede ser la exposición en la niñez a la toxina bacteriana colibactina, producia por cepas de Escherichia coli y capaz de alterar el ADN de las células del colon, según un estudio publicado en Nature. Si alguien adquiere una de estas mutaciones impulsoras a los 10 años, podría adelantarse décadas en el desarrollo de este tumor.
Fuente: Agencia SINC
Un equipo internacional, liderado por la Universidad de California en San Diego (EE UU), ha descubierto que la exposición durante la infancia a una bacteria denominada colibactina podría estar desencadenando una “epidemia de cáncer colorrectal” entre adultos jóvenes.
De hecho, la incidencia de este tipo de enfermedad oncológica en adultos menores de 50 años ha aumentado el doble en las últimas dos décadas en varios países de todo el mundo debido al contacto temprano con este agente. La colibactina, producida por algunas cepas de Escherichia coli, tiene la capacidad de alterar el código genético de las células y su exposición en edades tempranas imprime una firma distintiva en el ADN del colon.

Ahora se estudia si el uso de probióticos podría eliminar de forma segura las cepas bacterianas nocivas.
El resultado de la investigación es el primer intento en demostrar un aumento relevante de las mutaciones relacionadas con la colibactina y el cáncer colorrectal en jóvenes. Sin embargo, todavía se desconoce cómo ocurre la infección de las bacterias productoras de esta toxina y cómo combatirla. Los autores analizaron 981 genomas de pacientes con cáncer colorrectal de 11 países y los resultados mostraron que la colibactina deja tras de sí patrones específicos de mutaciones del ADN.
Esas improntas son 3,3 veces más frecuentes en los adultos menores de 40 años que en los diagnosticados después de los 70 años. Además, son especialmente prevalentes en países con alta incidencia de cáncer colorrectal en jóvenes. “Las firmas mutacionales son una especie de registro histórico en el genoma; apuntan a que la exposición a la colibactina en etapas tempranas de la vida promueve el cáncer colorrectal de aparición precoz”, afirma Ludmil Alexandrov, de la Universidad de California en San Diego y supervisor del estudio.
Exposición antes de la pubertad
Según el investigador del CNIO y primer firmante del proyecto Marcos Díaz Gay, “Cuando iniciamos este proyecto no pensábamos centrarnos en el cáncer colorrectal de aparición temprana”. Tenían previsto examinar los patrones mundiales de este tipo de tumor.
“A medida que profundizábamos en los datos, uno de los hallazgos más interesantes y llamativos fue la frecuencia con la que las mutaciones relacionadas con la colibactina aparecían en los casos de aparición temprana”, cuenta el científico.
Los efectos nocivos de esta toxina empiezan pronto. Las mutaciones surgen en una fase temprana del desarrollo tumoral, lo que coincide con estudios previos que muestran que tales variaciones se producen en los primeros 10 años de vida. “Si alguien adquiere una de estas mutaciones impulsoras a los 10 años, podría adelantarse décadas en el desarrollo del cáncer colorrectal y padecerlo a los 40 años en lugar de a los 60”, opina Alexandrov.
Estos hallazgos sostienen la hipótesis de que las bacterias productoras de colibactina podrían estar colonizando silenciosamente el colon de niños y niñas, aunque el líder postdoctoral advierte de seguir investigando para “establecer la causalidad”.
Huella genética propia en el genoma
Como explica Díaz Gay, “cada factor deja una huella genética propia en el genoma, una firma mutacional única que puede ayudar a determinar el origen de ciertos tipos de cáncer”. La investigación de estas firmas mutacionales en miles de genomas del cáncer les permite identificar carcinógenos hasta ahora desconocidos.
Los autores esbozan preguntas que querrían abordar en las siguientes fases. Entre ellas, saber cómo se exponen los niños a las bacterias productoras de colibactina y qué se puede hacer para prevenir o mitigar esa exposición o si existen dietas y estilos de vida más propicios a la producción de esta bacteria tóxica.
Actualmente, ya se estudia si el uso de probióticos podría eliminar de forma segura las cepas bacterianas nocivas, y se están desarrollando pruebas de detección precoz que analicen muestras de heces en busca de mutaciones relacionadas con la colibactina
Existen determinadas firmas mutacionales frecuentes en tumores colorrectales de algunos países, en particular de Argentina, Brasil, Colombia, Rusia y Tailandia. Esto sugiere que la exposición local también puede contribuir a la expresión del cáncer, aunque los científicos no saben todavía por qué. “Es posible que las causas varíen de un país a otro”, afirma Díaz-Gay. “Esto abre la puerta a estrategias de prevención específicas para cada región”.
Las implicaciones del estudio son muy relevantes y si la tendencia actual se mantiene, el cáncer colorrectal podría ser la principal causa de muerte por cáncer en adultos jóvenes en 2030, según los científicos.
Referencia:
Díaz Gay, M. et al. ‘Geographic and age variations in mutational processes in colorectal cancer’. Nature. 2025
Últimas publicaciones
El secretario general de Investigación de la Junta destaca en la inauguración que la nueva Ley ACTIVA reforzará la divulgación y la cultura científicas en la comunidad. La cita, organizada por la Consejería de Universidad y coordinada por la Fundación Descubre, prevé para este año la participación de más de 28.700 personas.
Sigue leyendoInvestigadores de la Universidad de Almería definen factores relacionados con las dificultades de pacientes con trastorno por déficit de atención e hiperactividad y trastorno obsesivo-compulsivo para adaptarse al entorno. Una distinta sensibilidad al castigo y a la recompensa, junto con diferencias en la conectividad en ambos hemisferios del cerebro, ayudan a explicar síntomas como el miedo al error o la excesiva flexibilidad, que pueden servir a los profesionales para adaptar su terapia.
Sigue leyendoLos investigadores han conseguido transformar este residuo en fertilizantes que enriquecen las hortalizas con hierro y zinc mientras reducen metales tóxicos como cadmio y mercurio.
Sigue leyendo

        