El declive en la población de ánsares invernantes en el entorno de Doñana pone en peligro la dispersión de plantas
Un equipo científico de la Estación Biológica de Doñana – CSIC ha estudiado la capacidad de dispersión de semillas de los ánsares y cómo los cambios en sus patrones migratorios podrían tener implicaciones para esta función ecológica. Estas aves permiten a las plantas dispersar sus semillas a distancias que no serían capaces de alcanzar por otros medios.
Fuente: Comunicación CSIC Andalucía y Extremadura
Un estudio liderado por personal investigador de la Estación Biológica de Doñana – CSIC muestra cómo los ánsares comunes (Anser anser) invernantes dispersan una gran cantidad de semillas de distintas especies de plantas en las marismas del Guadalquivir y su entorno. Debido a la drástica reducción en el número de ánsares que está sufriendo Doñana en estos últimos años, esta importante función de dispersión podría estar en riesgo. El trabajo, publicado en la revista Freshwater Biology, compara la diversidad de semillas dispersadas en los distintos hábitats utilizados por estas aves al principio y al final de su invernada.
Este estudio es el primero en analizar el potencial de los ánsares comunes como dispersores de semillas en sus áreas de invernada. En él se analizaron 151 heces de ánsares, de las que se extrajeron 1196 semillas de 24 especies diferentes. “Ocho de estas se desconocía que pudiesen ser dispersadas por aves acuáticas”, explica Iciar Jiménez-Martín, investigadora predoctoral de la Estación Biológica de Doñana – CSIC. “Además, confirmamos que gran parte de estas semillas mantenían la capacidad de germinar tras haber pasado por el tracto digestivo de las aves.”
A continuación, el equipo combinó esta información con los datos de los movimientos de tres ánsares equipados con dispositivos GPS durante la época de cría en Dinamarca, lo que permitió tener una idea aproximada sobre en qué sitios podrían estar ingiriendo las semillas y hacia dónde podrían transportarlas.
“Los resultados nos indicaban que, en noviembre, al principio de la invernada, los ánsares se distribuían entre las zonas inundadas de la marisma del Parque Nacional de Doñana y los arrozales cercanos recién cosechados, mientras que al final de la invernada, los ánsares se concentraban en las pocas zonas de la marisma que mantenían agua en un año poco lluvioso”, explica Adrián Monreal, también investigador predoctoral de la Estación Biológica de Doñana – CSIC. Las muestras obtenidas en estas áreas revelaron que las aves ingerían más semillas cuando se alimentaban en las marismas naturales, especialmente al principio de la invernada, que cuando lo hacían en los arrozales.
Dispersión en riesgo
Los censos de aves acuáticas que lleva a cabo el centro de investigación desde los años 70 revelan que el número de ánsares, que en algunos años había alcanzado hasta los 80.000 individuos durante la invernada, se ha reducido drásticamente en los últimos años. El Equipo de Monitorización Ambiental de la ICTS Doñana censó en el invierno de 2021-2022 alrededor de 12.000 individuos, mientras que en la invernada de 2022-2023 el número de ánsares no sobrepasó los 10.000. Este último invierno, las cifras fueron más preocupantes aún, con apenas 4.300 individuos censados.
“Hace unas décadas, Doñana era el principal cuartel de invernada de la población europea de ánsar común. Pero en los últimos inviernos, el número de individuos se ha ido reduciendo progresivamente debido al menor nivel de inundación de la marisma, consecuencia de las sobre-extracciones de agua del acuífero, las pocas precipitaciones y el cambio climático”, explica Andy J. Green, Profesor de Investigación del CSIC en la Estación Biológica de Doñana.
Los ánsares pueden tener un papel muy importante conectando distintas poblaciones de plantas a escala local, ya que pueden transportar sus semillas entre distintas zonas de la marisma. Sin embargo, si sus números siguen bajando, las plantas perderían este vehículo para dispersar sus semillas. Por otro lado, los ánsares tienen la capacidad de dispersar las semillas hacia latitudes más norteñas durante su viaje de vuelta a sus zonas de reproducción en el norte de Europa. Esto puede permitir a las plantas llegar a latitudes más frescas, para hacer frente a la subida de las temperaturas provocada por el cambio climático
Referencia:
Iciar Jiménez-Martín, Adrián Monreal, Víctor Martín-Vélez, María J. Navarro-Ramos, Anthony D. Fox, Ádám Lovas-Kiss, Andy J. Green. ‘High levels of seed dispersal by a declining wintering population of migratory geese’. Freswater Biology
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