EL ENSAYO MALAGÓN CUMPLE 25 AÑOS AL SERVICIO DE LA EXPERIMENTACIÓN AGRÍCOLA
Fuente: Universidad de Córdoba
Doce trabajos fin de carrera, 8 tesis doctorales, 12 capítulos de libros, 4 informes técnicos, 29 artículos en revistas internacionales de impacto, 19 artículos técnicos en revistas nacionales, 14 ponencias invitadas a congresos nacionales e internacionales, 8 proyectos de investigación en el Plan Nacional y 1 europeo. Ésa ha sido la cosecha recogida por los investigadores del grupo de Cultivos Herbáceos de la Universidad de Córdoba y el Campus de Excelencia en Agroalimentación ceiA3, que dirige el profesor Luis López Bellido, en las 2 hectáreas y media que ocupa en una finca de la campiña cordobesa el experimento Malagón. Un ensayo de campo que cumple 25 años formando investigadores y transfiriendo resultados a uno de los sectores económicos más relevantes del país: el agroalimentario.
La revista Vida rural, una de las publicaciones más importantes y conocidas en el sector, ha dedicado en su último número un especial al experimento Malagón en el que los científicos de la Universidad de Córdoba resumen los resultados más relevantes obtenidos a lo largo de estos 25 años. Resultados que aplican ya algunos agricultores andaluces y que contribuyen a la modernización y, sobre todo, a la sostenibilidad del campo.
En el experimento, el equipo de investigación del ceiA3 ha comparado el sistema de laboreo convencional con el sistema de no laboreo en 4 rotaciones bianuales de cultivo (trigo-girasol; trigo-habas; trigo-garbanzos y trigo-barbecho) y monocultivo de trigo, para dar con la fórmula idónea que consiga una mayor eficacia del suelo. También han estudiado el papel de las leguminosas como mejoradoras de la fertilidad del suelo y su influencia en la producción del trigo, y el efecto de distintas dosis de nitrógeno fertilizante en el rendimiento del cereal.
Entre los resultados y conclusiones presentadas a la comunidad científica, primero, y a los productores, después, destacan que el no laboreo es una alternativa viable tanto económica como ambiental frente al laboreo convencional, que evita la erosión del suelo y secuestra más carbono, reduciendo las emisiones de CO2, principal gas de efecto invernadero. También han demostrado el excelente papel de la rotación trigo-habas en el rendimiento del trigo y en la economía del nitrógeno, el fertilizante más utilizado. En este sentido, el experimento Malagón ha probado que los campos de trigo no rinden más al aumentar el fertilizante a base de nitrógeno por encima de los 100 kilógramos por hectárea en la campiña andaluza.
El experimento de larga duración Malagón está sirviendo para generar conocimientos que permitan mejorar la actuación biológica y económica de los cultivos y suministrar bases de actuación eficientes y rentables para las explotaciones agrarias.
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