Identifican las especies invasoras que amenazan la biodiversidad de la Penínula Antártica
Un equipo de investigación internacional, entre los que se encuentra el investigador de la Universidad de Córdoba Pablo González Moreno, ha identificado las 13 especies invasoras que podrían amenazar la biodiversidad de la Antártida con más probabilidad. El mejillón mediterráneo, el alga wakame y algunas especies de plantas terrestres e invertebrados están entre ellas.
Fuente: Universidad de Córdoba
Las especies invasoras son especies no nativas que son introducidas en un hábitat nuevo y consiguen adaptarse a él, desplazando o provocando la extinción de las especies autóctonas. La movilidad de personas y mercancía a lo largo y ancho del mundo aumenta esta amenaza que constituye una de las principales causas de pérdida de biodiversidad en todo el mundo. Aunque esté inhabitado, la Antártida tampoco se escapa a este problema. Debido a las actividades científicas y al creciente turismo la Antártida, en concreto la Península Antártica, tiene un gran riesgo de que especies invasoras se introduzcan en su hábitat y acaben con algunas de las especies autóctonas del lugar.
Un equipo de investigación internacional, entre los que se encuentra el investigador de la Universidad de Córdoba Pablo González Moreno, ha identificado las 13 especies invasoras que podrían amenazar la biodiversidad de la Antártida con más probabilidad. “Las especies han sido evaluadas según tres criterios principales: el riesgo de entrada en la Península Antártica, el riesgo de sobrevivir y generar descendencia y el riesgo de generar un impacto negativo en la biodiversidad y los ecosistemas de la región”, explica el investigador.
Entre ellas, las más problemáticas son el mejillón chileno y el mediterráneo, el alga marina comestible conocida como wakame, algunos cangrejos, ácaros, algunos insectos así como plantas terrestres como Leptinella scariosa y Leptinella plumose.
Estas especies no nativas pueden ser transportadas de diferentes maneras. Las personas visitantes pueden llevar semillas sobre la ropa o en la suela de los zapatos que pueden terminar arraigando en el nuevo suelo. Por su parte, los barcos pueden tener especies, como los mejillones, adheridos a su casco y en su interior, especialmente en los recursos de comida fresca, pueden esconderse diferentes plantas e insectos. También ratones y ratas pueden ser una amenaza. Algunas de las islas antárticas como la Isla Marión y la isla de Georgia del Sur ya han sido invadidos por estos roedores, aunque esto no se espera que suceda aún en la Península Antártica.
Estas especies y muchas otras requieren medidas de mitigación para reducir su impacto en las frágiles comunidades biológicas de la Antártida, tanto en hábitos marinos como terrestres. Algunas especies no nativas ya se han establecido cerca de centros de investigación y lugares turísticos. La erradicación de especies invasoras es posible pero es muy dificultosa y nada económica.
“La única manera de evitar esta amenaza es implementando un sistema de bioseguridad robusto que minimice el riesgo de entrada de especies invasoras, así como un sistema de alerta temprana que haga un seguimiento de la región para identificar el establecimiento de nuevas especies invasoras”, afirma González Moreno. Sólo entonces, será posible reducir los riesgos y proteger los vulnerables ecosistemas antárticos de la amenaza de especies no nativas.
Últimas publicaciones
La Fundación Descubre ha presentado Turismo Científico en la Conferencia Anual de la European Science Engagement Association (EUSEA) celebrada los días 14 y 15 de mayo en Gran Canaria. Asimismo, Descubre ha participado en una mesa de diálogo sobre la evaluación de La Noche Europea de los Investigadores junto a los responsables de los eventos en Suecia, Escocia (Reino Unido), Irlanda, Malta y Canarias (España)
Sigue leyendoUn equipo de investigadores de la Universidad de Granada ha diseñado un método innovador para evaluar el rendimiento neuromuscular en personas mayores de 60 años y para detectar de forma temprana el deterioro muscular y funcional en esta población. El estudio ofrece una forma sencilla y objetiva de medir cómo varía la potencia muscular al envejecer a partir de un gesto cotidiano: sentarse y levantarse de una silla.
Sigue leyendoLa Universidad de Córdoba participa en el proyecto DigiPatch que estudia la unión entre la psicología y el aprendizaje automático para analizar cómo las redes sociales dividen a la población a lo largo del tiempo. El estudio se ha realizado en 5 países europeos y ha medido, a través de una encuesta estandarizada, distintas variables de los participantes, como sus necesidades, su apoyo social, narrativa, alienación social o identidad.
Sigue leyendo