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El Centro Nacional de Aceleradores analiza agua de mar en Islandia y mar de Irminger

Fuente: Centro Nacional de Aceleradores


12 de noviembre de 2013

Durante años y en la actualidad, grandes cantidades de 129I son vertidas al medioambiente desde plantas de reprocesamiento de combustible nuclear localizadas en la costa este del océano Atlántico Norte. La principal ruta de transporte de estas emisiones es a través de la Corriente del Atlántico Norte y de la Corriente Costera Noruega hacia el Océano Ártico.

Los datos correspondientes al modelado de dispersión de 129I en esta región son escasos, de ahí la importancia del estudio desarrollado, que aporta información relevante en torno a la difusión de este radioisótopo en las aguas del océano Atlántico Norte y Ártico. Para ello se han nalizado distintas muestras de agua marina procedente de la costa de Islandia y el mar de Irminger hasta una profundidad de 1000 metros.

El 129I es un isótopo radioactivo del yodo de origen cosmogénico, es decir, producido por la interacción de la radiación cósmica que llega a la Tierra mientras atraviesa nuestra atmósfera.

Debido a la acción humana, esta concentración de 129I ha ido aumentando, fundamentalmente como consecuencia del uso de la energía nuclear. El uso de esta CNA energía y procesos asociados ha conllevado la aparición de este subproducto, lo cual permite distinguir entre una era pre y post uso de la energía nuclear.

Puesto que este radioisótopo tiene la capacidad de formar compuestos solubles en agua, se incorpora con facilidad al ciclo hidrológico, convirtiéndose por tanto en un excelente trazador de las corrientes marinas.

La detección de elevadas concentraciones de 129I en agua superficial del océano Atlántico Norte, Báltico y Ártico, manifiestan la liberación de este isótopo radioactivo y su llegada a través del Canal de La Mancha y el mar de Irlanda desde las plantas de reprocesamiento de La Hague y Sellafield, respectivamente.

En este estudio se ha realizado un mapeado de la distribución del 129I en profundidad en agua del mar con el objetivo de trazar las corrientes marinas. Como resultado del estudio, se ha comprobado que la concentración de 129I con origen antropogénico, no

natural, en aguas del Atlántico Norte está aumentando como consecuencia de la emisión del mismo desde distintas plantas de reprocesamiento de combustible nuclear, observándose asimismo que dicha concentración disminuye con la profundidad.

Referencia bibliográfica:

J.M. Gómez-Guzmán, M. Villa, F. Le Moigne, J.M. López-Gutiérrez, M. García-León. “AMS measurements of 129I in seawater around Iceland and the Irminger Sea”. “Nuclear Instruments and Methods in Physics Research B 294 (2013) 547–551”. doi: 10.1016/j.nimb.2012.07.045


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