Se observa por primera vez la fragmentación de un cometa del cinturón principal
Fuente: Instituto de Astrofísica de Andalucía IAA-CSIC
Observaciones con el Gran Telescopio Canarias desvelan que P/2013 R3 (CATALINA/PANSTARRS) se ha roto en cuatro fragmentos.
El cinturón principal de asteroides, situado entre Marte y Júpiter, alberga una nutrida población de objetos que giran en torno al Sol en órbitas casi circulares, de modo que no sufren los cambios de temperatura que, en el caso de los cometas, producen las características colas. Sin embargo, desde 1996 se conoce una familia de asteroides, a día de hoy con apenas una docena de miembros, que desarrollan colas cometarias y que se conocen como «cometas del cinturón principal». Uno de ellos, P/2013 R3 (CATALINA/PANSTARRS), se ha roto recientemente.
El hallazgo, observado con el Gran Telescopio Canarias (GTC), supone una oportunidad única para estudiar la estructura interna de un cometa del cinturón principal (o MBC, de sus siglas en inglés) y descubrir el mecanismo que lo convierte en un asteroide con cola, una suerte de híbrido entre un asteroide y un cometa. El trabajo, encabezado por Javier Licandro, del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), cuenta con la participación de investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC).
Los cometas, formados por hielo y rocas, proceden del las regiones externas del Sistema Solar (el cinturón transneptuniano y la nube de Oort) y, al acercarse al Sol, sus hielos subliman y arrastran el polvo formando las colas cometarias. «La órbita de los MBC no es la propia de un cometa sino la típica de un asteroide del cinturón principal, y se sabe que dinámicamente es casi imposible que un cometa adquiera una órbita así”, explica Licandro (IAC).
“Una de las dudas en torno a los MBC es el mecanismo por el que expulsan polvo y forman, como los cometas, una coma (la atmósfera que rodea el núcleo) y una cola -continúa el investigador del IAC-. Hasta hace muy poco se consideraba que los asteroides se componen de roca y metales, de modo que no podrían dar pie a la formación de una cola como la de los cometas, o al menos no por los mismos mecanismos que estos lo hacen”.
El hallazgo del equipo español puede resultar de gran utilidad para resolver este enigma. El MBC P/2013 R3 (CATALINA-PANSTARRS) se ha roto en al menos cuatro fragmentos, en un proceso de fragmentación quizá similar al que sufren los cometas. «La ruptura podría deberse a una colisión, a una ruptura rotacional o a un estallido de actividad, y estamos programando nuevas observaciones para determinar la causa», destaca Fernando Moreno, del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC). «Se trata de un objeto muy interesante porque es bastante brillante y quizá permita detectar gases, algo que nunca hemos conseguido en un cometa del cinturón principal», adelanta Moreno (IAA-CSIC).
El grupo de investigadores trata de determinar los elementos que componen los fragmentos y, con ello, averiguar por fin cuál es la naturaleza del núcleo de un MBC. En sus observaciones, los investigadores han empleado el instrumento OSIRIS del GTC, ubicado en el observatorio del Roque de Los Muchachos (La Palma), así como el observatorio de Sierra Nevada, en Granada.
Últimas publicaciones
Este estudio de la Universidad de Córdoba, en colaboración con el centro IFAPA Alameda del Obispo, identifica además los compuestos químicos presentes en las bellotas que podrían ayudar a encontrar la más apta para el consumo y así fomentar la utilización de un alimento infrautilizado e infravalorado.
Un equipo de investigación del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC), junto a la asociación CIRCE, lidera una propuesta científica para la creación de un santuario internacional dedicado a la protección de los cetáceos en el mar de Alborán, un área única donde el Atlántico y el Mediterráneo se encuentran, generando una extraordinaria riqueza biológica.
Sigue leyendoLa investigadora de la Universidad de Jaén Clara Ortega ha formado parte de este trabajo, que trata de conocer cómo el cerebro es capaz de almacenar y gestionar información para actuar y tomar decisiones a partir de esa información. En concreto, pretende analizar si los engramas, conjuntos de células interconectadas que almacenan los recuerdos a largo plazo en el cerebro, codifican representaciones corporales, como experiencias de infección, inflamación, consumo de alimentos o dolor.
Sigue leyendo
