UNA EMPRESA ALMERIENSE DISEÑA UN PROCESO QUE CONVIERTE LOS RESIDUOS AGRÍCOLAS EN ABONO PROPICIO PARA SUELOS DEGRADADOS
Fuente: María José Llobregat/Programa para la Formación de Monitores en materia de divulgación del conocimiento.
Uno de los principales retos a los que se enfrenta el campo almeriense es reducir la acumulación de restos orgánicos e inorgánicos procedentes de los invernaderos. Hasta que son recogidos para su tratamiento, estos residuos suponen un problema para el medio ambiente. Por este motivo, es necesaria una gestión adecuada e integral que, además, favorezca un desarrollo sostenible.
Con este propósito, la Empresa de Base Tecnológica de la Universidad de Almería (UAL) Gestora de Residuos del Sur (Geresur) ha diseñado un proceso que se distingue de los habituales sistemas de recogida por varios factores.
Tradicionalmente, la retirada de residuos agrícolas tiene carácter lineal, es decir, se recogen sin ser previamente separados y se transportan a un depósito controlado donde se eliminan o son tratados para ser utilizados como fuente de energía.
El sistema de Geresur se basa en un procedimiento cíclico que permite alargar la vida de estos residuos de forma indefinida ya que, tras ser sometidos a un tratamiento determinado, son recuperados para su utilización en zonas o suelos degradados.
En una primera fase, la segregación de los desechos se hace en origen, en el mismo momento de su recolección. Esto permite el tratamiento diferenciado de cada residuo en función del tipo de cultivo al que se destinará el nuevo abono.
El gerente de la empresa, Luis Miguel Góngora, explica a la Fundación Descubre que los distintos elementos de los residuos (plásticos, tierra, rafias, etc.) son separados de manera que se asegure una recogida limpia. Su traslado se realiza de manera inmediata para evitar que fermenten y creen un caldo de cultivo propicio para roedores e infestaciones no deseadas.
La materia vegetal segregada o biomasa pasa a un reactor de fermentación, diferente en función del tipo de producción del que proceda. Mezclado con otros subproductos y gracias a la acción enzimática de las bacterias, se consigue un detritus, un humus bioactivo cien por cien ecológico específico para cada cultivo debido a esa segregación en origen, comenta el responsable de Geresur.
Para ello, se ha firmado un convenio con la empresa biotecnológica de la Universidad de Sevilla, Resbioagro, para inocular bacterias específicas y elementos no agresivos que actúen frente a otros patógenos. Estos microorganismos provocan un aumento de temperatura que, a su vez, acaba con la vida de bacterias y hongos perjudiciales, indica Luis Miguel Góngora. De esta forma es el propio sustrato el que se protege de futuras plagas, reduciendo al mismo tiempo la necesidad de utilizar productos fitosanitarios, con el consiguiente ahorro económico para el agricultor.
Según las experiencias pilotos desarrolladas por el equipo de investigadores de Geresur, el producto obtenido se caracteriza por una estructura granulada y esponjosa capaz de retener hasta un 20 por ciento de humedad. Esta propiedad física lo convierte no sólo en un abono orgánico de alta eficiencia sino también en una herramienta esencial en la recuperación de suelos degradados debido a su aporte natural de microfauna, asevera el experto.
El producto final se comercializa de diversas formas. A granel, idóneo para la recuperación de suelos; en paquetes o sacos de 10 kilos; o en forma líquida, un té o licor de humus, útil para el riego por goteo o sistemas hidropónicos.
Además, la vida del abono no acaba cuando se añade al suelo agrícola. El sistema cíclico propuesto por la EBT pasa por recuperar el humus una vez que su capacidad para aportar nutrientes al terreno de cultivo llegue a su fin. El sustrato es retirado del invernadero y utilizado en el tratamiento de zonas áridas entre otros motivos por su capacidad para retener humedad.
El objetivo de Geresur, en palabras de su responsable, es cambiar el actual sistema de gestión de residuos por uno cíclico basado en el análisis del ciclo de vida (ACV) del producto obtenido. Evaluar el impacto ambiental de un elemento durante todas las etapas de su existencia extracción, distribución, uso, desecho- es una innovación en el tratamiento integral de restos agrícolas que se hace en Andalucía.
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GERESUR
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