UNA POSIBLE ALTERNATIVA TERAPÉUTICA PARA EL SÍNDROME METABÓLICO
Fuente: AndaluciaInvestiga.com – Texto: Tamara Velázquez / Fotografía: J. García Orta
La Unidad de Farmacología Experimental y Clínica del Hospital Universitario de Virgen de Valme (UFEC) trabaja en nuevas alternativas terapéuticas para identificar una serie de moléculas, principalmente la N-procalcitonina (N-pct), con las que tratar a pacientes aquejados de enfermedades que conlleven importantes alteraciones metabólicas.
La Unidad de Farmacología Experimental y Clínica del Hospital Universitario de Virgen de Valme (UFEC), que encabeza el doctor Javier Miñano, trabaja en nuevas alternativas terapéuticas para identificar una serie de moléculas, principalmente la N-procalcitonina (N-pct), con las que tratar a pacientes aquejados de enfermedades que conlleven importantes alteraciones metabólicas. Su objetivo es disminuir los altos índices de mortalidad y morbilidad registrados en pacientes con sepsis o shock séptico y desarrollar nuevos tratamientos para enfermedades emergentes, tales como la diabetes, la obesidad o la anorexia, y que se asocian a un síndrome metabólico. Actualmente, este equipo está tramitando el proceso de patente de pequeñas moléculas activas de la N-pct, un fragmento de la procalcitonina que contiene únicamente 57 aminoácidos de los 113 que componen la molécula de la que procede que, según Miñano, a medio plazo supondrán un gran impacto clínico con expectativas de desarrollo tecnológico.
Los esfuerzos de este equipo de científicos se centran, principalmente, en combatir el shock séptico por la trascendencia de esta enfermedad, que es la segunda causa de muerte en el mundo, por encima del infarto de miocardio y de los cánceres de páncreas, colon, recto y mama. Se trata de un síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SRIS) provocado por una infección grave que, hoy por hoy, representa el 2% de admisiones hospitalarias. El cómputo global de pacientes aquejados de sepsis, en cualquiera de sus variantes, supone el 10% de los ingresos en las unidades de cuidados intensivos. Tanto es así que, según datos aportados por el doctor Miñano y obtenidos de publicaciones internacionales especializadas, alrededor de 18 millones de personas en el mundo, 1.120.000 personas en Europa, y 13.000 personas en España, fallecen cada año como consecuencia de este problema, a pesar de que, anualmente, se invierte en su tratamiento entre el 45 y el 50% de los fondos destinados a cuidados críticos. Esta cantidad supera los 345 millones de euros, sólo en el caso español.
¿Por qué la N-procalcitonina?
Ninguna de las terapias actuales, ni la antimicrobiana ni la hemodinámica, han ejercido una influencia decisiva para reducir su mortalidad. Ésta es la razón por la que el grupo de Miñano se ha sumergido en la búsqueda experimental de nuevas moléculas y ha descubierto que la N-pct, que siempre se había contemplado como un marcador para diagnosticar procesos infecciosos pero se creía inactivo, ejerce actividad biológica. Se ha demostrado que esta acción se manifiesta tanto en su administración periférica como en la aplicación en los núcleos centrales directamente implicados en los mecanismos de regulación del balance energético de nuestro organismo.
El hallazgo que propició que estos investigadores intuyeran que la molécula está implicada en dicha enfermedad fue la comprobación de los síntomas que produce, que son el aumento o la reducción de la temperatura, la ingesta o el peso y la aparición de letargia (cansancio) junto a la activación de los núcleos centrales implicados en estas respuestas. Para comprobar que esta molécula proinflamatoria estaba realmente relacionada con el síndrome metabólico, realizamos estudios de antagonismo con la intención de ver si produce algún beneficio en quienes padecen sepsis, explica Miñano. Así, lo primero fue utilizar un modelo experimental de shock séptico en ratas inyectando bacterias, directamente, o mediante las endotoxinas que la producen en una dosis semejante a la que aparece en un shock séptico en humanos, que mata al 100% de los animales en 72 horas.
Beneficios de su aplicación
Lo positivo es que los siguientes pasos del estudio, en los que se comprueba cuál es la supervivencia de las ratas, demuestran que la administración de anticuerpos específicos frente a determinados fragmentos de la N-pct duran más allá de los tres días y casi el 100% de los roedores superan la barrera de las 72 horas vivos. Tras 7 días desde la aplicación de los anticuerpos, desaparece la fiebre; a los 4 o 5 días comienza a apreciarse un aumento de apetito y, al cabo de un mes, recuperan su peso. Estos datos, junto a las características farmacocinéticas de la N-pct, indican que el intervalo que tenemos para tratar la enfermedad es mucho mayor. Gracias a esta ventaja podemos intervenir terapéuticamente en diferentes niveles y estudiar su evolución combatiendo, de este modo, el que se considera el principal problema del tratamiento de la sepsis, que no es otro que la necesidad de tratarlo de forma precoz; de no ser así, pueden producirse alteraciones que provoquen el fallecimiento del paciente, pues el 9% de quienes padecen sepsis progresa a sepsis severa y, de ellos, el 3% desarrolla shock séptico.
Con tantos elementos a su favor, podría decirse que combatir esta enfermedad con fármacos basados en la estructura molecular de la N-pct en los que trabaja el equipo de Javier Miñano constituye una nueva estrategia terapéutica que debería ser considerada en un futuro inmediato, pero aún hay que esperar varios años para que se aplique con normalidad esta medicación en humanos. Ello depende no sólo de la evolución de los estudios experimentales, a pesar los buenos resultados obtenidos. Hay que ser sumamente cautelosos a la hora de extrapolar los resultados al ser humano y, sobre todo, no levantar falsas expectativas, dado que estudios similares terminaron en un fracaso. Antes hay que realizar ensayos clínicos rigurosos y, para ello, necesitamos un promotor que financie el elevado coste que conlleva la realización de estos ensayos, además del diseño y síntesis de nuevos fármacos que pueden representar una nueva estrategia terapéutica en el tratamiento de este cada vez mas prevalente síndrome de gran impacto sociosanitario, concluye el director de esta investigación.
Este estudio ha sido sufragado, conjuntamente, por el Fondo de Investigación Sanitaria (FIS), la Dirección General de Investigación Ciencia y Técnica (DGICYT), la Consejeria de Salud, el Plan Andaluz de Investigación Desarrollo e Innovación (PAIDI) y la Fundación Valme.
Más información:
Javier Miñano
Jefe Unidad de Farmacología Experimental y Clínica (UFEC).
Hospital Universitario de Valme
Universidad de Sevilla
Tel:955 015877/8
E-mail: jminano@us.es
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