VENUS, MARTE Y LA TIERRA, ¿PLANETAS HERMANOS?
Fuente: AndaluciaInvestiga.com – Guillermo Pedrosa Calvache
El investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía Miguel Ángel López ofrece una charla en la que compara la evolución del clima en los tres planetas. Y es que las capas atmosféricas de estos astros han variado mucho a lo largo de la historia, a pesar de que en su origen los tres eran bastantes semejantes y se generaron a partir de los mismos ingredientes.
Marte, Venus y la Tierra se formaron hace 4.550 millones de años en la misma zona de la nebulosa solar y con una estructura semejante. Hoy en día estos tres planetas no podrían ser más diferentes. El investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía en Granada (IAA) Miguel Ángel López Valverde explicó en una charla organizada por este centro qué procesos climáticos y atmosféricos han hecho que cada astro evolucione de una manera distinta.
«Los tres son planetas hermanos y se formaron a partir de los mismos ingredientes», destacó el experto, quien añadió que con el tiempo «Marte se ha convertido en un desierto gélido, Venus en un infierno (460º C) y la Tierra en un planeta con agua y vida».
Según el científico, los tres cuerpos celestes debieron mantener una infancia semejante con gran actividad volcánica y con agua en su superficie, aunque este último dato es bastante debatido. Si fue así, ¿por qué cada planeta ha tomado un rumbo diferente? ¿y por qué la Tierra ha sido la única capaz de mantener temperaturas más o menos estables durante más de 4.000 millones de años?
Efecto invernadero
El investigador subrayó que la clave de estas diferencias está en la temperatura que hay en la superficie de cada planeta, y que la misma depende no sólo de la distancia al Sol, sino muy especialmente «de la atmósfera y de los gases con efecto invernadero que hay en ella». Precisamente, la atmósfera terrestre es la que mantiene unas temperaturas estables en la superficie de nuestro planeta, lo que hace posible la vida.
El experto destacó, además, que otro aspecto esencial para conseguir la estabilidad en el clima es el llamado ciclo de carbono, que es un proceso de autorregulación por el que se equilibra la cantidad de CO2 que asciende desde la superficie a la atmósfera, y que desciende desde ésta a la corteza.
En la Tierra, el dióxido de carbono atmosférico está en continuo intercambio con el océano y escapa desde el interior mediante fisuras y volcanes que dejan escapar estos gases. Valverde señaló ayer: «Este «reciclaje» ha mantenido las temperaturas estables durante miles de años».
Sin embargo en Venus al no haber océanos no puede darse este ciclo y por tanto no hay equilibrio de CO2 entre la superficie del planeta y su atmósfera. Como resultado todo este carbono se halla en la atmósfera, «que es casi cien veces mayor que la terrestre y que tiene un efecto invernadero muy alto», añadió el científico, según el cual, hace algunos miles de años debieron haberse evaporado los «posibles» océanos que había sobre la superficie de Venus por causa del efecto invernadero, imposibilitando el equilibrio de carbono.
El Planeta Rojo
«En el caso de Marte también falló este ciclo de autorregulación», aseguró Valverde. Al ser más pequeño el interior del Planeta Rojo se enfrió bastante rápido y cesó la actividad volcánica y por tanto la liberación de gases. El CO2 de la atmósfera pudo pasar a los hipotéticos océanos para no volver quedando esta capa muy delgada e impidiendo el ciclo de carbono.
Así, este reciclaje continuo entre el CO2 de la superficie y de la atmósfera es, en gran medida, un proceso fundamental para mantener estables las temperaturas, lo que a su vez es vital para hacer posible la vida. En este sentido, Valverde destacó que a partir de la información climática que nos brindan «nuestros vecinos» hay que tener en cuenta varias cosas, en primer lugar que la ciencia tiene que intentar comprender, cada vez mejor, el modelo climático, «y para ello hay que estudiarlo en el presente, en el pasado e incluso en otros planetas», manifestó el experto.
Y por otro lado, que es importante aprender a reducir las emisiones de gases con efecto invernadero, así como fomentar las investigaciones que aspiran a conseguir la eficiencia energética. Igualmente, Valverde destacó que una idea interesante es desarrollar técnicas que permitan «secuestrar» las cantidades de CO2 que son emitidas en las fábricas y plantas industriales y buscar una forma para almacenarlas. Esta conferencia forma parte del ciclo Lucas Lara, una iniciativa del IAA que persigue el objetivo de difundir la ciencia de la astronomía en la sociedad.
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