EXTRACTOS DE PLANTAS COMO ALTERNATIVA A LOS ANTIBIÓTICOS USADOS EN LA PRODUCCIÓN ANIMAL
La Estación Experimental del Zaidín (EEZ) ha recibido la visita de Sergio Calsamiglia Blancafort, investigador del Departamento de Ciencia Animal y de los Alimentos de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona, que ha impartido una charla en la EEZ (centro perteneciente al CSIC), sobre el uso de extractos de plantas como modificadores de la fermentación ruminal.
Una digestión diferente
Los animales de granja se dividen en dos grupos de acuerdo a su tipo de digestión: los monogástricos y los poligástricos. Los monogástricos cuentan con un estómago que procesa los alimentos que ingieren al igual que ocurre con los humanos. Por el contrario, los poligástricos tienen un estómago pero dividido en cuatro cavidades. Entre los animales poligástricos se encuentra las vacas, las ovejas entre otros.
La primera cavidad de los poligástricos se llama rumen, es la más grande de las 4 y es aquí donde viven microorganismos tales como bacterias y hongos, beneficiosos para el animal. Estos microorganismos del rumen se encargan de procesar la fibra de los pastos de los que se alimentan este tipo de animales. Y el proceso de llevar la fibra a sustancias asimilables por el organismo, tales como ácidos grasos volátiles, se denomina fermentación ruminal.
Los rumiantes establecen una simbiosis con los microorganismos ruminales mediante la cual la vaca, por ejemplo, aporta nutrientes y un medio ruminal adecuado para la supervivencia de los microorganismos y la fermentación de los alimentos, y los microorganismos aportan la capacidad de utilizar la fibra y proteína microbiana sintetizada en el rumen, y que constituyen la fuente principal de energía y proteína, respectivamente, para el animal. Sin embargo, esta relación de simbiosis es ineficiente en algunos aspectos, tanto desde el punto de vista energético (pérdidas de metano) como desde el proteico (pérdidas de nitrógeno amoniacal). Estas pérdidas no sólo reducen la producción, sino que contribuyen a la emisión de sustancias contaminantes al medio. Para evitar estas pérdidas energéticas y proteicas se utilizaban antibióticos que actuaban sobre estos microorganismos del rumen.
Durante su intervención, Sergio Calsamiglia, ha hablado de la evaluación, que están llevando a cabo desde su grupo de investigación, del potencial de aceites esenciales derivados de plantas como alternativas a los antibióticos, cuyo uso en alimentación animal se ha prohibido en la Unión Europea en enero de 2006, para controlar grupos específicos de microorganismos en el rumen y modular la fermentación que tiene lugar en el rumen, proceso que determina la productividad de rumiantes y la calidad de sus productos (carne y leche).
Según Sergio Calsamiglia, se ha estimado que la eliminación de los antibióticos en la alimentación de rumiantes resultará en un incremento del 3,5 al 5,0% en los costes de producción, por lo que es necesario buscar alternativas que permitan mantener o mejorar el nivel de producción sin incrementar dichos costes
Los extractos de plantas pueden aportar alternativas al uso de antibióticos en la alimentación animal. Muchos de estos extractos tienen la capacidad de modificar la actividad microbiana, pero la evidencia científica sobre sus efectos en la fermentación ruminal es limitada. La actividad antimicrobiana de los extractos de plantas se atribuye al contenido de una serie de metabolitos secundarios que incluyen, entre otros, a las saponinas, taninos y aceites esenciales (principalmente terpenoides y fenilpropanoides). Sin embargo, la diversidad en su naturaleza y actividades hace que el mundo de los extractos de plantas sea extremadamente complejo. En los últimos 6 años, se han realizado una serie de trabajos experimentales en esta área, y se ha generado suficiente información científica como para empezar a definir sus actividades, efectos, dosis óptimas y mecanismos de acción tal como ha declarado Sergio Calsamiglia durante su intervención.
En concreto, este grupo de investigación ha demostrado que el aceite de ajo, canela, clavo, pimienta y anís, puede, a través de su efecto sobre los microorganismos del rumen, reducir la emisión de compuestos nitrogenados y de metano. Este último, el gas metano, es un gas cuyo efecto invernadero es unas 23 veces mayor que el del CO2, por los rumiantes (vacas, ovejas, cabras etc).
Además el grupo de investigación de Sergio Calsamiglia cuenta con varias patentes entre las cuales se encuentra un aditivo alimentario para rumiantes a base del componente activo principal del clavo (eugenol) y de la molécula responsable del aroma de la canela (cinemaldehido).
Fuente: EEZ-CSIC
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