Investigadores de la Universidad de Málaga vuelven al Ártico para estudiar el comportamiento de las algas polares
Fuente: Universidad de Málaga
El próximo 6 de agosto tres investigadores de la Universidad de Málaga volverán al Ártico con el objetivo de estudiar, en primera persona, el comportamiento de las algas en los ecosistemas polares.
21 días de expedición en la base científica de Ny-Ålesund, el enclave humano más al norte del planeta poblado por científicos, en los que se sucederán 24 horas continuas de luz. “En esta nueva campaña realizaremos los mismos experimentos que en las tres anteriores- septiembre de 2014, septiembre de 2016 y marzo de 2017- comparar la adaptación fotosintética de cinco especies de macroalgas representativas del sistema ártico de Svalbard, partiendo de la hipótesis de que la ausencia de oscuridad es un factor determinante de la eficiencia del metabolismo de estas plantas”, explica el catedrático de Ecología, Carlos Jiménez.
El director del Departamento de Ecología y Geología de la Universidad de Málaga estará acompañado en esta nueva aventura por las investigadoras Elisa Gordo y Concepción Íñiguez, del Servicio de Protección Radiológica y del Laboratorio Avanzado de Producción Primaria de CEIMAR, que se ubica en los Servicios Centrales de Investigación de la UMA (SCAI).
Cambio Climático
El estudio de la influencia del cambio climático en las macroalgas es otro de los objetivos de esta “expedición veraniega” en el Ártico. “La experiencia acumulada nos permite concluir que este ecosistema está sufriendo una rápida modificación debido al incremento de la temperatura”, afirma Jiménez, quien asegura que su aumento en el el aire y agua, así como la disminución de la capa de hielo y los glaciares están provocando la desaparición de especies, por ejemplo, el bacalao ártico; y la invasión de nuevas procedentes de zonas más meridionales como los arenques.
15 años con pasaporte de investigación en el Polo Norte, desde que en el 2002 se desarrollará la primera campaña, de la mano de los profesores Javier López Gordillo, José Aguilera y Carlos Jiménez.
En la última, que tuvo lugar el pasado 12 de marzo, el equipo de científicos de la UMA dio un paso más y se adentró en la etapa de transición, de invierno a primavera, cuando se da una progresión de luz muy rápida.
“Por ahora la investigación durante los meses de invierno, es decir, meses de oscuridad total, no es posible realizarla por limitaciones logísticas”, aclara el profesor Jiménez.
No obstante, para la continuidad de los experimentos, la UMA cuenta con un Laboratorio de Cultivo de Algas Polares único en España, que permite hacer simulaciones de las condiciones climáticas del Polo.
La expedición se enmarca dentro del proyecto ‘CGL2015-67014-R, Estacionalidad de la productividad de macrófitos marinos en un ecosistema costero ártico en transición climática. Alteraciones promovidas por el aumento de temperatura derivada del cambio global’, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad. Cuenta con la colaboración del Instituto ‘Alfred Wegener’ para investigación polar y marina de Alemania (AWI) y del Vicerrectorado de Investigación de la Universidad de Málaga.
Últimas publicaciones
Este estudio de la Universidad de Córdoba, en colaboración con el centro IFAPA Alameda del Obispo, identifica además los compuestos químicos presentes en las bellotas que podrían ayudar a encontrar la más apta para el consumo y así fomentar la utilización de un alimento infrautilizado e infravalorado.
Un equipo de investigación del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC), junto a la asociación CIRCE, lidera una propuesta científica para la creación de un santuario internacional dedicado a la protección de los cetáceos en el mar de Alborán, un área única donde el Atlántico y el Mediterráneo se encuentran, generando una extraordinaria riqueza biológica.
Sigue leyendoLa investigadora de la Universidad de Jaén Clara Ortega ha formado parte de este trabajo, que trata de conocer cómo el cerebro es capaz de almacenar y gestionar información para actuar y tomar decisiones a partir de esa información. En concreto, pretende analizar si los engramas, conjuntos de células interconectadas que almacenan los recuerdos a largo plazo en el cerebro, codifican representaciones corporales, como experiencias de infección, inflamación, consumo de alimentos o dolor.
Sigue leyendo
