Los hallazgos en la Cueva de El Toro de Antequera revelan prácticas de canibalismo en el Neolítico
Se han hallado restos de siete individuos, en dos conjuntos diferenciados, donde se han localizado un «cráneo copa», tallado para conseguir la forma de un cuenco, y una mandíbula, junto a recipientes depositados como ofrenda.
Fuente: Consejería de Cultura / Junta de Andalucía
Un equipo interdisciplinar en arqueología, antropología y paleogenética, dirigidos por Dimas Martín Socas y María Dolores Camalich Massieu, ha encontrado restos arqueológicos en la Cueva de El Toro, en El Torcal de Antequera, que revelan prácticas de canibalismo en el Neolítico Antiguo. En concreto, se han hallado restos de siete individuos, en dos conjuntos diferenciados, donde se han localizado un «cráneo copa», tallado para conseguir la forma de un cuenco, y una mandíbula, junto a recipientes depositados como ofrenda.
Las intervenciones arqueológicas realizadas han permitido documentar ocupaciones humanas desde el Neolítico Antiguo (hace 7.000 años), cuando se identifican las evidencias más antiguas de canibalismo en poblaciones agricultoras y ganaderas, hasta el final del Neolítico Reciente (hace 5.000 años). La Cueva de El Toro, en El Torcal de Antequera, es un enclave fundamental en el estudio del Neolítico en la Península ibérica.
Los resultados del estudio de ADN de los restos han establecido relaciones de consanguineidad de primer grado en dos de los individuos, con lo que, unido a la interpretación de las evidencias, proponen como hipótesis que se trate de canibalismo agresivo vinculado a episodios violentos entre grupos en el que se encontraban miembros de una misma familia, o que se produjera dentro del contexto familiar y fueran consumidos como parte de un ritual funerario.
La datación por la técnica del Carbono 14 indicó un corto periodo de tiempo entre el 5.000 y el 4.800 a.C., sugiriendo que ambos conjuntos son probablemente resultado del mismo momento de ocupación humana de la cueva. Estas son algunas de las conclusiones a las que ha llegado el equipo interdisciplinar que ha liderado las actuaciones arqueológicas, formado por Jonathan Santana, de la Universidad de Durham (Reino Unido), Francisco Javier Rodríguez-Santos, del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (Universidad de Santander) y Rosa Fregel, de la Universidad de La Laguna (España).
La Cueva del Toro se encuentra en la delimitación arqueológica conocida como «Tierras de Antequera», y en la sierra de El Torcal, el segundo de los monumentos naturales reconocido en los bienes incorporados en la Declaración de Patrimonio Mundial del Sitio de los Dólmenes de Antequera.
El trabajo se integra en el Programa de Investigación del Plan Director, como una de las líneas de Investigación+Desarrollo+Innovación a través de estudios y proyectos generales de investigación, que el Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera considera prioritarios. Promovida por la Universidad de la Laguna en la Sierra del Torcal desde los años 70.
Los resultados de este hallazgo han sido publicados en la revista científica American Journal of Physical Antrhopology y recogidos como noticia destacada por la revista Nature.
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