VOLVER

Share

Nobel de Fisiología o Medicina por descubrir cómo las células se adaptan a la reserva de oxígeno

El Comité de los Premios Nobel ha decidido otorgar este galardón de 2019 a William G. Kaelin Jr, Sir Peter J. Ratcliffe y Gregg L. Semenza por sus hallazgos sobre los mecanismos por los que las células perciben y se adaptan a la disponibilidad de oxígeno. Sus trabajos han allanado el camino para nuevas y prometedoras estrategias contra la anemia, el cáncer y muchas otras enfermedades.

Fuente: SINC


Internacional |
07 de octubre de 2019

Cómo las células pueden adecuarse a los cambios en la reserva de oxígeno. Ese ha sido el hallazgo clave que ha llevado a William G. Kaelin Jr, Sir Peter J. Ratcliffe y Gregg L. Semenza a ganar este año el Premio Nobel de Fisiología o Medicina.

Los tres expertos identificaron la maquinaria molecular que regula la actividad de los genes en respuesta a los diferentes niveles de oxígeno. Su descubrimiento revela el mecanismo de uno de los procesos de adaptación más esenciales de la vida.

Así, establecieron la base para la comprensión de cómo los niveles de oxígeno afectan al metabolismo celular y la función fisiológica. Sus trabajos también han allanado el camino para nuevas y prometedoras estrategias contra la anemia, el cáncer y muchas otras enfermedades.

El oxígeno (O2) constituye aproximadamente una quinta parte de la atmósfera terrestre. Esencial para la vida animal, es utilizado por las mitocondrias presentes en prácticamente todas las células animales para convertir los alimentos en energía útil.

Durante la evolución, se desarrollaron mecanismos para garantizar un suministro suficiente de oxígeno a los tejidos y las células. El cuerpo carotídeo –adyacente a los grandes vasos sanguíneos a ambos lados del cuello– contiene células especializadas que detectan los niveles de oxígeno de la sangre.

Corneille Heymans, Premio Nobel de Fisiología o Medicina de 1938, describió cómo la detección de oxígeno en la sangre a través del cuerpo carotídeo controla nuestra frecuencia respiratoria al comunicarse directamente con el cerebro.

William G. Kaelin Jr, Sir Peter J. Ratcliffe y Gregg L. Semenza, premios Nobel de Fisiología en 2019. / © The Nobel Committee for Physiology or Medicine | Mattias Karlén.

Además de la rápida adaptación controlada por el cuerpo carotídeo a los bajos niveles de oxígeno (hipoxia), existen otras adaptaciones fisiológicas fundamentales. Una respuesta fisiológica clave a la hipoxia es el aumento de los niveles de la hormona eritropoyetina (EPO), que conduce a un aumento de la producción de glóbulos rojos (eritropoyetina).

La importancia del control hormonal de la eritropoyesis ya se conocía a principios del siglo XX, pero la forma en que este proceso era controlado por el O2 seguía siendo un misterio.

La maquinaria de la hipoxia

Ahí entra en escena Gregg Semenza (Nueva York, 1956), que estudió el gen EPO y cómo está regulado por niveles variables de oxígeno. Mediante el uso de ratones modificados genéticamente, demostró que segmentos específicos de ADN localizados junto al gen de la EPO mediaban la respuesta a la hipoxia.

Por otro lado, Sir Peter Ratcliffe (Lancashire, Reino Unido, 1954)también analizó la regulación dependiente del O2 del gen EPO, y ambos grupos encontraron que el mecanismo de detección de oxígeno estaba presente en prácticamente todos los tejidos, no solo en las células renales donde se produce normalmente la hormona.

Estos hallazgos demostraron que el mecanismo era general y funcional en muchos tipos de células diferentes. Semenza, que quería identificar los componentes celulares que mediaban esta respuesta, descubrió en células hepáticas cultivadas un complejo proteico que se une al segmento de ADN identificado de una manera dependiente del O2.

Llamó a este complejo el factor inducible a la hipoxia (HIF), y a partir de entonces comenzaron a purificarlo. Así, en 1995 Semenza publicó algunos de sus hallazgos clave, incluyendo la identificación de los genes que codifican el HIF.

Se encontró que el HIF consiste en dos proteínas diferentes de unión al ADN, los llamados factores de transcripción: HIF-1α y ARNT. Entonces los investigadores pudieron comenzar a resolver el rompecabezas, permitiéndoles entender qué componentes adicionales estaban involucrados y cómo funciona la maquinaria.


Share

Últimas publicaciones

Un nuevo método ecológico identifica altos niveles de triptófano en setas silvestres
Cádiz | 25 de diciembre de 2024

Un grupo de investigación de la Universidad de Cádiz ha empleado un sistema de extracción ‘verde’ para identificar la cantidad de este aminoácido esencial, necesario para producir proteínas, así como la hormona melatonina y el neurotransmisor serotonina en el organismo. Tras los ensayos, realizados con hongos comestibles del sur de Andalucía y el norte de Marruecos, los resultados evidencian su alta concentración en este tipo de alimentos y abre nuevas vías de estudio para determinar su potencial terapéutico.

Sigue leyendo
Proponen un enfoque educativo que amplíe el vocabulario del alumnado sordo en Educación Primaria
Málaga | 22 de diciembre de 2024

Un equipo de investigación de la Universidad de Málaga ha evaluado a casi un centenar de estudiantes de entre 8 y 12 años para entender mejor los desafíos léxicos a los que se enfrentan aquellos con pérdida auditiva. Las expertas sugieren un enfoque basado en relaciones entre determinadas clases de palabras para mejorar su aprendizaje y que puedan estudiar en igualdad de condiciones que sus compañeros oyentes.

Sigue leyendo
Navidad con ciencia en Andalucía
Andalucía | 20 de diciembre de 2024

Nos encontramos a menos de un día del solsticio de diciembre, que tendrá lugar a las 10:20 de este sábado, hora española. Esta efeméride marca el comienzo de las estación astronómicas de invierno para el hemisferio norte. Dejamos atrás el otoño, con sus tonalidades amarillas, naranjas y marrones, y damos paso al color blanco de los copos de nieve, a las luces de colores, y a las flores de pascua. Son algunos de los protagonistas de estas fiestas, que también tienen su ciencia. Por ello os proponemos descubrir diferentes curiosidades científicas relacionadas con la Navidad. ¿Sabías que el espumillón comenzó a fabricarse de aluminio y plomo y con el paso del tiempo ha variado su composición para hacerse ahora de PVC? ¿Te has preguntado alguna vez por qué las típicas flores de esta época del año son esas y no otras? ¿ O cuánto consumen las luces led del árbol que adornas cada año?

Sigue leyendo

#CienciaDirecta

Tu fuente de noticias sobre ciencia andaluza

Más información Suscríbete

404 Not Found

404 Not Found


nginx/1.18.0
Ir al contenido