Traumatólogos relacionan el consumo de betabloqueantes con el retraso de la progresión de la artrosis de rodilla
El estudio, liderado por el traumatólogo del Hospital Regional de Málaga, Iskandar Tamimi, y publicado en la revista americana The Journal of Bone and Joint Surgery, sugiere que entre los pacientes que padecen artrosis de rodilla, aquellos que toman una clase ampliamente utilizada de antihipertensivos llamados betabloqueantes, tienen un menor riesgo de requerir una prótesis total de rodilla.
Fuente: Hospital Regional de Málaga
Profesionales del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Regional Universitario de Málaga han relacionado que pacientes con artrosis de rodilla que consumen betabloqueantes tienen un menor riesgo de requerir una prótesis total de rodilla. El análisis estadístico mostró que los pacientes que habían tomado previamente este fármaco tenían aproximadamente la mitad de probabilidades de someterse a esta cirugía.
El estudio, publicado en la revista americana The Journal of Bone and Joint Surgery sugiere que entre los pacientes que padecen artrosis de rodilla, aquellos que toman una clase ampliamente utilizada de antihipertensivos llamados betabloqueantes, tienen un menor riesgo de requerir una prótesis total de rodilla. El investigador del estudio y traumatólogo del complejo sanitario, Iskandar Tamimi, asegura que estos fármacos podrían retrasar la progresión de la artrosis al reducir los mediadores inflamatorios implicados en la degeneración del cartílago, lo que puede conllevar al desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas para el tratamiento de la artrosis.
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Estos fármacos podrían retrasar la progresión de la artrosis al reducir los mediadores inflamatorios implicados en la degeneración del cartílago. Imagen: Pixabay.
Los investigadores analizaron las historias de 300 pacientes del Hospital Regional Universitario de Málaga que fueron evaluados por dolor en una o ambas rodillas entre 2010 y 2019 y que posteriormente fueron sometidos a una cirugía de prótesis de rodilla entre 2018 y 2019. Estos casos fueron emparejados por edad, sexo, año de primera cita y grado de artrosis, con 300 controles, que también fueron evaluados por dolor, pero que no se sometieron a esta cirugía. El uso de betabloqueantes se asoció a una reducción del 54% en el riesgo de requerir una prótesis.
El análisis estadístico incluyó la duración del tratamiento con betabloqueantes y su adherencia por parte de los pacientes. También se utilizó una herramienta de inteligencia artificial validada para minimizar posibles sesgos al ajustar a otros factores potencialmente relacionados con el riesgo de artrosis de rodilla y de tener que emplear una prótesis de rodilla.
El análisis estadístico mostró que los pacientes que habían tomado previamente betabloqueantes tenían aproximadamente la mitad de probabilidades de someterse a una cirugía de prótesis de rodilla. «Los hallazgos pueden apuntar a una nueva línea terapéutica para el tratamiento de la artrosis», asevera Tamimi.
«El efecto protector fue aún más marcado en los pacientes que tomaron estos medicamentos de forma prolongada: los pacientes que tomaron betabloqueantes durante cinco años o más tuvieron una reducción del 64% en el riesgo de prótesis y la asociación también fue más fuerte en los pacientes con mayor adherencia al tratamiento, con prescripciones cubriendo al menos el 75% de los días de seguimiento», señala.
Por este motivo, el traumatólogo agrega que el papel de los betabloqueantes en el tratamiento de la artrosis podría ir más allá de un tratamiento analgésico y que estos fármacos podrían interferir en los procesos degenerativos del cartílago.
En el Hospital Regional de Málaga cada año se hace seguimiento a 6.600 pacientes con artrosis de rodilla. La prótesis total de rodilla se considera una intervención mayor, en la cual se reemplazan la porción distal del fémur y el extremo proximal de la tibia por implantes metálicos de cromo y cobalto separados por un implante de polietileno. La recuperación dura unos 6 meses aproximadamente y normalmente se consigue mejorar la calidad de vida en la mayoría de los pacientes.
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