El tipo de vegetación condiciona la severidad del fuego y la recuperación de los ecosistemas mediterráneos
La investigación liderada por la Universidad de Cádiz indica que las masas densas de pino favorecen incendios más intensos y dificultan la recuperación del ecosistema. Este trabajo destaca la importancia de una gestión activa para crear paisajes más resilientes.
Fuente: Universidad de Cádiz
Los grandes incendios forestales son cada vez más frecuentes, impulsados por veranos más cálidos y secos que coinciden con paisajes muy cargados de combustible. Un nuevo estudio liderado por la Universidad de Cádiz y publicada en la revista Journal of Applied Ecology analiza por primera vez el legado de las repoblaciones de pino sobre la dinámica de los incendios en España. La investigación revela que las plantaciones de pino pueden aumentar significativamente la severidad de los incendios y dificultar la recuperación de la vegetación tras el fuego, y también que una gestión adecuada de estas masas puede marcar la diferencia.
El trabajo, encabezado por la investigadora Irene Repeto, junto a Fernando Ojeda y Susana Gómez, del departamento de Biología e Instituto de Investigación Vitivinícola y Agroalimentaria (IVAGRO) de la UCA, se ha realizado en colaboración con expertos del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia y la Universidad de La Frontera (Chile), la Universidad Complutense de Madrid y el CIDE-CSIC (Valencia).
A partir de imágenes del satélite Sentinel-2, mapas de vegetación y datos del Inventario Forestal Nacional, el equipo analizó tres grandes incendios ocurridos entre 2021 y 2023 en Sierra Bermeja (Málaga), Sierra de la Culebra y Losacio (Zamora) y Las Hurdes (Cáceres). Los resultados muestran que las plantaciones registraron incendios más severos y una recuperación mucho menor que otros tipos de vegetación, como los robledales o los matorrales mediterráneos.
El estudio demuestra además que la cercanía a una plantación incrementa la severidad del fuego en la vegetación colindante. Además, identificaron un umbral de densidad en torno a 440 pinos por hectárea, a partir del cual la intensidad de los incendios aumenta de manera muy brusca. Estas conclusiones aportan una base cuantitativa para replantear la gestión forestal actual y las políticas de plantación en zonas mediterráneas.
“Las repoblaciones con especies de pino, muy extendidas en España durante el siglo XX, han generado paisajes con gran carga de combustible. Sin embargo, en aquellas plantaciones donde se controla la densidad y la continuidad con el matorral, los efectos del fuego son mucho menos graves”, explica la investigadora responsable. Así, los autores señalan que estas repoblaciones históricas, unidas al abandono rural, han incrementado la vulnerabilidad de los paisajes mediterráneos, y alertan de que las políticas de mitigación del cambio climático basadas en grandes programas de forestación deberían tener en cuenta este riesgo.
Los investigadores subrayan que fortalecer la inversión en gestión forestal ya no es opcional. “La diferencia entre una plantación gestionada y otra abandonada también podría significar la diferencia entre un incendio extinguible y uno extremadamente difícil de controlar”. Apostar por una gestión activa que combine la reducción de densidad y la diversificación del paisaje es clave para disminuir la severidad del fuego y favorecer ecosistemas más resilientes.
La investigación, financiada por el Plan Propio de la Universidad de Cádiz, el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y proyectos internacionales de Chile y la Generalitat Valenciana, subraya la necesidad de aplicar estrategias de manejo adaptativo que compatibilicen la productividad forestal con la prevención de incendios extremos y la conservación de los servicios ecosistémicos.
Referencia:
Irene Repeto Deudero, Fernando Ojeda, Susana Gómez González, Alejandro Miranda, Verónica Cruz-Alonso, Juli G. Pausas (2025): ‘The legacy of pine plantations on fire severity’, Journal of Applied Ecology.
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