Confirman a través de restos arqueológicos la existencia de una antigua fortificación iberorromana bajo el castillo de La Guardia
Fuente: Universidad de Jaén
Los primeros resultados de los trabajos arqueológicos realizados por el grupo investigación ‘Patrimonio Arqueológico de Jaén’ de la Universidad de Jaén (UJA) en el castillo de La Guardia (Jaén) confirman la existencia de una fortificación iberorromana bajo su estructura, considerada una de las primeras fortificaciones árabes construidas en la Península tras la invasión del año 711.
“Anteriormente habían aparecido indicios de materiales cerámicos y elementos constructivos realizados en las murallas que podían indicar el origen iberorromano de esa fortificación, pero es la primera vez que encontramos indicios arquitectónicos in situ que evidencian la existencia de esa fortificación iberorromana”, explica el catedrático de Historia Medieval de la UJA Juan Carlos Castillo. “Las evidencias arqueológicas de los restos de estas estructuras defensivas han sido localizadas en un solo sondeo porque el resto de áreas excavadas están muy alteradas por las cimentaciones de los edificios medievales y renacentistas, lo que dificulta determinar el origen y la composición de las mismas”, señala. “Sin embargo, en ese corte han aparecido varias líneas de muralla que pueden relacionarse con fortificaciones iberorromanas”, añade.
A través de sus trabajos, los investigadores de la UJA tienen como objetivo analizar el origen del recinto amurallado y los usos de esta fortificación durante la Edad Media. De esta manera, han determinado que la antigua fortificación se convirtió en la base de los nuevos elementos defensivos construidos sobre ella; así como la enorme transformación sufrida a finales de la Edad Media y a principios de la Edad Moderna, entre el Siglo XV y Siglo XVI, por parte de los señores de La Guardia de Jaén, los Mesías. “Hemos constatado que la antigua iglesia de Santa María, que se construyó dentro del recinto amurallado, tuvo dos fases constructivas: una medieval, correspondiéndose con un templo pequeño que adapta su cabecera absidal al interior de una bestorre; y otra un poco posterior de mayor tamaño al incorporar criptas funerarias y capillas en los laterales. Más tarde, se llevó a cabo otra modificación al edificarse un nuevo campanario anexo a la iglesia y encastrado en las murallas medievales, obra de Francisco Castillo”, argumenta el catedrático.
El plan de actuación del grupo de investigación actualmente se está centrando en la recuperación del alcázar del castillo, abarcando la restauración de sus cuatro torres y lienzos de muralla. Paralelamente, se está llevando a cabo el análisis arqueológico y la recuperación de los sondeos realizados en investigaciones anteriores entre 1995 y 1997, que fueron las primeras actuaciones, en las que ya colaboró la UJA. A su vez, se han abierto dos nuevas áreas de excavación con el objetivo de seguir profundizando en el conocimiento de la evolución histórica del conjunto fortificado de La Guardia y también determinar el grado de conservación de todos sus elementos.
El equipo de la UJA que lidera Juan Carlos Castillo y lo conforman Mercedes Navarro, Mª Victoria Gutiérrez, Vicente Salvatierra, Irene Montilla, José Luis Castillo, Miguel Ruiz Calvente, Carlos Cid, Ana Visedo y Eva Mª Alcázar, trabaja con la técnica conocida como Arqueología de la Arquitectura, cuyos resultados son de gran valía para el exhaustivo conocimiento de la historia del monumento en cuestión. “Esta técnica reivindica el papel de los arqueólogos y permite profundizar en el conocimiento de estos monumentos, descubrir cómo se construyeron y visualizar su transformación durante el tiempo”, explica Juan Carlos Castillo. “Nos permite ‘leer’ lo que cuentan las paredes de los monumentos. Y tras esa lectura podemos conocer aspectos tan importantes como los usos que la construcción ha tenido a lo largo del tiempo o los materiales empleados y sus posteriores reformas. En definitiva, una información de gran interés para reconstruir la historia del castillo y, por extensión, la del entorno al que tenía que defender”, indica.
Otros estudios
Esta misma técnica han empleado en el estudio de los castillos de Lopera, Villardompardo, o Alcaudete, entre otros, así como en el análisis de un sector de las murallas de Jaén, Beas de Segura, Sabiote o Arjona, entre otras. En todos ellos, el objetivo común es concretar la interrelación existente entre fortificaciones, territorio y organización político-social en nuestro marco geográfico y, a su vez, recuperar y poner en valor joyas del patrimonio arquitectónico defensivo de la provincia de Jaén, la más prolífera en número de fortificaciones de todo el sur de Europa.
El proyecto en el castillo de La Guardia arrancó en junio de 2019 y el trabajo de campo se extenderá en principio hasta el verano de 2020. Posteriormente, se iniciarán todos los estudios de laboratorio, que se ceñirán al análisis de los materiales, para culminar con la realización de la memoria final, prevista para 2021. “Nuestro objetivo es seguir incrementando el conocimiento histórico de este conjunto y mejorando la imagen de este enclave que cuenta con un excepcional potencial histórico-arqueológico. Nuestra intención es auspiciar y demandar la continuidad de los estudios arqueológicos a partir de futuras excavaciones que terminen con actuaciones para poner en valor este recinto amurallado. En paralelo, y a medida que avancen los trabajos arqueológicos, el equipo tiene previsto desarrollar diversas actividades informativas, entre ellas jornadas de puertas abiertas al público que nos permitan acercar los resultados de nuestro trabajo a los ciudadanos de La Guardia, del resto de la provincia y de toda la sociedad en general”, declara Juan Carlos Castillo.
Este proyecto está financiado por el Programa de Rehabilitación del Patrimonio Arquitectónico del Ministerio de Fomento, ayuda conocida como el 1,5 % Cultural, junto al apoyo del Ayuntamiento de La Guardia de Jaén y de la Diputación Provincial de Jaén.
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