El cambio climático afectará a las especies productoras de frutos secos, claves en la alimentación del oso pardo
Una investigación en la que participa la UGR analiza la disponibilidad futura en la Cordillera Cantábrica de especies forestales que producen frutos secos esenciales para los osos durante la etapa previa a la hibernación y alerta de posibles reducciones locales en la diversidad de estas fuentes de alimento. El estudio pronostica una disminución de especies atlánticas como el haya y el avellano frente a una expansión de especies más mediterráneas como el castaño y la encina.
Fuente: Universidad de Granada
El cambio climático está llamado a alterar la composición de los bosques que abastecen de frutos secos al oso pardo cantábrico (Ursus arctos), especialmente durante la hiperfagia, la etapa previa a la hibernación en la que estos animales acumulan reservas energéticas que resultan esenciales para su supervivencia y reproducción. Así lo revela una investigación publicada en la revista Frontiers in Forests and Global Change, que combina modelos de distribución de especies con proyecciones climáticas hasta el año 2100 para evaluar el futuro de nueve especies productoras de frutos secos en la Cordillera Cantábrica.
El trabajo, realizado por investigadores de la Universidad de Granada, la Universidad de Oviedo, la Universidad de Santiago de Compostela y el Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad IMIB-CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Universidad de Oviedo y Principado de Asturias), pronostica una reducción de especies atlánticas como el haya (Fagus sylvatica), el avellano (Corylus avellana) y los robles atlánticos (Quercus petraea, Q. robur), acompañada de una expansión de especies más termófilas y mediterráneas, como el castaño (Castanea sativa), la encina (Quercus ilex) y el alcornoque (Quercus suber).
Según los escenarios climáticos analizados (SSP3-7.0 y SSP5-8.5), hasta un 25 % del área actualmente ocupada por el oso pardo podría quedar sin acceso a especies productoras de frutos secos a finales de siglo, mientras que la proporción de áreas con al menos dos especies disponibles disminuirá progresivamente.
Como explican los autores del estudio, “nuestros modelos muestran que especies como el haya y los robles atlánticos verán reducida su presencia de forma drástica, mientras que el castaño y las encinas podrán expandirse, sobre todo en áreas occidentales y meridionales de la Cordillera Cantábrica. Aunque el oso posee una gran plasticidad alimenticia y capacidad de movimiento, esta simplificación del mosaico forestal podría aumentar su dependencia de recursos menos estables y, en años de baja producción, intensificar la búsqueda de alimentos de origen humano”.
El estudio propone acciones concretas de manejo forestal para mitigar estos efectos, como la plantación de castañares en zonas estratégicas alejadas de núcleos habitados, la restauración de hábitats mixtos que combinen especies atlánticas y mediterráneas, y prácticas selvícolas que favorezcan la productividad de los rebollos (Quercus pyrenaica).
La investigación se enmarca en el proyecto europeo LIFE “Osos con Futuro” (LIFE19 NAT/ES/000913), financiado por la Unión Europea y coordinado por la Fundación Oso Pardo, con apoyo adicional del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico del Gobierno de España.
Referencia:
Pérez-Girón JC, López-Bao JV, Díaz-Varela E and Álvarez-Álvarez P (2025). ‘Predicting climate-related compositional shifts in nut-producing species that are important for bears during hyperphagia’. Front. For. Glob. Change 8:1624612.
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