El temor a ‘no dormir bien’ puede convertir el insomnio transitorio en crónico
Entre el 20 y el 30% de la población presenta síntomas de insomnio, y el 9% lo padece de forma crónica. En el caso del insomnio transitorio, normalmente es causado por factores ambientales o preocupaciones pasajeras. Los expertos manifiestan que cuando una ‘mala noche’ se prolonga en el tiempo y su duración es superior a los tres meses, el insomnio, que inicialmente era transitorio, puede convertirse en crónico.
Fuente: Universidad de Granada
El insomnio es el trastorno de sueño más frecuente en la población general. En España, entre el 20 y el 30% de la población presenta síntomas de insomnio, y el 9% lo padece de forma crónica, según la Cátedra de la Investigación del Sueño de la Universidad de Granada-Grupo Lo Monaco.
Se trata de una alteración del sueño provocada por una reducción en la capacidad de dormir debido a la dificultad a la hora de quedarse (más de 30 minutos) y/o de mantenerse dormido (más de 30 minutos de vigilia) durante la noche.
Alejandro Guillén Riquelme, experto de la Cátedra de la Investigación del Sueño de la Universidad de Granada-Grupo Lo Monaco, manifiesta que “seguramente, muchos de nosotros hemos experimentado alguna mala noche pero, afortunadamente, estas “malas noches” han pasado y hemos recuperado la calidad de nuestro sueño. En estos casos, si su duración es inferior a tres meses, el insomnio es transitorio”.
Normalmente es causado por factores ambientales (por ejemplo, calor durante el verano, ruido en nuestro barrio, preocupación por algún problema, etc), y la calidad del sueño se recupera cuando la causa del insomnio desaparece. “Por ejemplo, las preocupaciones pueden hacer que durmamos mal durante algunas noches, pero cuando el problema que nos preocupa se soluciona, volveremos a dormir bien”.
El temor a no dormir bien puede convertirse en la causa principal del mantenimiento del insomnio. La preocupación por dormir, el estar pendientes de que aparezcan los signos que nos indiquen que tenemos sueño, etc pueden provocar una vigilia activa. Esto ocurre porque esta preocupación excesiva hace que entremos en un círculo vicioso, de manera que, cuando llega la noche, a medida que se acerca la hora de acostarse, aumenta el temor a no poder dormirse y esto hace que la activación física, emocional y cognitiva también vayan en aumento.
Esto a su vez hará más difícil que podamos conciliar el sueño. Después de una mala noche de sueño, estas personas no sólo se preocuparán por la noche pasada y por las consecuencias que tendrá durante el día, sino que ya estarán pensando en la noche siguiente. Por lo tanto, en estos casos, el insomnio se convierte en una profecía que se cumple por sí misma. Es curioso que estas personas, cuando duermen fuera de casa (hoteles, otra casa) no tienen problema, y la calidad de su sueño en estos casos, es buena.
Por otro lado, si una persona que duerme mal durante varias noches, continúa su rutina diaria sin preocuparse excesivamente por ello, es poco probable que su insomnio persista en el tiempo, a menos que existan otras causas que lo hayan provocado.
Cuando sufrimos de insomnio podemos acudir a algunas sustancias para paliar los efectos durante el día de la mala noche de sueño. Algunas de estas sustancias son la cafeína, nicotina, alcohol, etc, que aunque puedan ayudarnos a mejorar los síntomas durante el día, pueden hacer que la dificultad para dormir la noche siguiente sea mayor y/o que el insomnio persista durante más tiempo.
Por lo tanto, hemos de tener en cuenta que una excesiva cantidad de pensamientos reiterativos sobre el insomnio que padecemos, se puede convertir rápidamente en el centro de las preocupaciones de la persona, alimentando los problemas de sueño. Si pasamos por una época en la que no dormimos como deseamos, no debemos preocuparnos de forma excesiva, ya que lo más probable es que con el tiempo volvamos a dormir bien. Sin embargo, si vemos que la situación persiste demasiado en el tiempo, debemos buscar la ayuda de un profesional.
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