¿Qué es la ciencia?
La ciencia, esa palabra que resulta tan común y a la vez tan compleja. Se trata de uno de los pilares fundamentales del mundo moderno, gracias al cual se ha dado respuesta a innumerables incógnitas y se ha moldeado el curso de la historia humana.
El científico español Severo Ochoa ya lo decía: “la ciencia siempre vale la pena, porque sus descubrimientos, tarde o temprano, siempre se aplican”. La comprensión de la gravedad que sostiene los planetas en sus órbitas o la creación de vacunas que han salvado millones de vidas, son solo algunos de los hallazgos con los que la ciencia ha guiado nuestra historia hacia el progreso. Pero, ¿de dónde viene la ciencia?, ¿cómo se desarrolla?, ¿quién la gestiona? En las próximas líneas se abordarán estas preguntas hasta entender, un poco más, y mejor, qué es realmente la ciencia.
ÍNDICE
- Etapas de la investigación científica
- El método científico
- El origen de la ciencia
- Instituciones que gestionan la ciencia
- Instituciones que divulgan la ciencia
Desde la observación hasta la comunicación: las etapas esenciales de la investigación científica
En el corazón de la ciencia yace un proceso que ha impulsado el avance del conocimiento humano desde tiempos inmemoriales: la investigación científica. Desde el momento en que el ser humano comenzó a observar el mundo que lo rodeaba, esta disciplina ha atravesado etapas esenciales que han allanado el camino hacia grandes descubrimientos. Actualmente se identifican principalmente cinco:
- Observación. Esta es la fase en la que se recopilan datos e información relevante a través de los sentidos y el uso de instrumentos y herramientas de medición. Esta etapa es la que permite recopilar los datos que se necesitan para las siguientes fases. A través de una observación cuidadosa y, sobre todo, sistemática, los científicos obtienen información objetiva y verificable sobre el mundo, que permite el avance del conocimiento científico.
- Planteamiento. ¿En qué consiste esta etapa? Aquí se formulan preguntas específicas o se plantean hipótesis basadas, o bien en observaciones anteriores o bien en literatura ya existente, sobre el fenómeno o problemática que se está investigando. Esta es la fase que marca el inicio del proceso científico y busca darle una dirección clara a la investigación.
- Experimentación. Una vez planteada la hipótesis, ¡llega el momento de ensayar! Aquí, la comunidad científica diseña y realiza experimentos controlados para indagar en la hipótesis planteada o responder a preguntas o teorías concretas. Esta fase se puede visualizar mejor con el caso de Edward Jenner. En 1796, este médico y biólogo británico probó inoculando la viruela de las vacas en personas sanas buscando la inmunidad frente a la viruela humana. Aunque los experimentos llevados a cabo por Jenner, considerado el creador de las vacunas, surtieron el efecto buscado, hoy en día sus métodos serían totalmente inaceptables.
- Elaboración. Llega el momento de interpretar los datos recolectados durante las etapas anteriores. El personal investigador utiliza herramientas y técnicas estadísticas para analizar los datos y extraer conclusiones significativas. Si bien es cierto que estas conclusiones deberán superar algunas fases de validación posteriores, esta etapa es crucial para conocer si los datos y las pruebas obtenidas respaldan, o por lo contrario contradicen, la hipótesis planteada inicialmente.
- Comunicación. Una vez que el conocimiento científico ha sido validado, se busca transmitir la información y conocimientos de manera clara y accesible tanto dentro de la comunidad científica como al público en general. La comunicación de los resultados de investigación es una herramienta beneficiosa para informar a la ciudadanía sobre lo que ocurre en el mundo que le rodea, logrando así una sociedad crítica e informada en cuestiones de ciencia y tecnología.
Todas las fases anteriores forman parte de lo que se conoce como el método científico, pero, ¿qué es exactamente este proceso y de dónde viene?
El método científico como herramienta de conocimiento: de Descartes a la ciencia ciudadana
El método científico es una forma de investigar y comprender el mundo utilizando un punto de vista coherente y basado en la evidencia. En este proceso se formulan preguntas, se recolectan y analizan datos y se elaboran teorías en torno a diversos temas de actualidad científica. Su origen se remonta a la antigua Grecia, donde ya se sentaron las bases del pensamiento científico al enfatizar la importancia de observar y extraer una deducción lógica.
Sin embargo, fue René Descartes, un filósofo y matemático francés del siglo XVII, quien formuló uno de los enfoques más influyentes del método científico, conocido como «método cartesiano». Esta propuesta se basa en la duda metódica y el razonamiento deductivo, lo que resume las seis fases que hemos analizado anteriormente. En su libro ‘el Discurso del Método’, establece una serie de reglas para guiar la investigación científica, entre las que se incluye dividir el problema en partes más pequeñas o la importancia de revisar y comprobar continuamente las conclusiones.
Durante el siglo XIX, con el avance de la revolución científica, figuras como el filósofo Karl Popper o el físico Thomas Kuhn hicieron importantes contribuciones al método científico. Para Popper, la ciencia avanza de manera acumulativa, es decir, generando cada vez más conocimiento. Además, destacó también en la importancia de verificar de forma empírica las teorías, mientras que Kuhn defendió la naturaleza discontinua y paradójica del saber científico a través de su teoría de los «paradigmas científicos».
De entre todos los avances y cambios que ha sufrido este proceso a lo largo de su zigzagueante historia, hay que destacar el más reciente. Se trata de la ‘ciencia ciudadana’ o ‘ciencia participativa’, que involucra a la ciudadanía a la hora de generar y aplicar los progresos científicos. Este enfoque reconoce que las personas no expertas también pueden realizar contribuciones valiosas a la hora de investigar y utilizar la ciencia.
La ciencia ciudadana está creciendo a un ritmo acelerado y por ese motivo, en España, la Fundación Ibercivis con la colaboración de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, ha creado el Observatorio de la Ciencia Ciudadana. ¿En qué consiste? Es una web en la que se recogen los proyectos de ciencia participativa que están activos a nivel nacional y se coordina la evaluación de sus resultados. En Andalucía, también existen diversos proyectos de ciencia ciudadana que permiten aplicar el método científico y que están ligados a temáticas tan interesantes como la contaminación lumínica o la biodiversidad urbana en los centros educativos españoles. Además, la Fundación Descubre cuenta con un programa llamado ‘Andalucia mejor con ciencia’ en el que anima a la sociedad andaluza a diseñar y emprender proyectos de ciencia ciudadana, ofreciéndoles asesoramiento y apoyo económico para llevarlos a cabo.
En resumen, el método científico ha evolucionado a lo largo de los siglos, desde los primeros filósofos griegos hasta el enfoque más implacable de la ciencia moderna. La combinación entre observación, experimentación, lógica y participación pública ha enriquecido y transformado el proceso de investigación actual, logrando nuevos descubrimientos a un ritmo imparable.
Este es el método que ha convertido la ciencia en la poderosa herramienta de conocimiento que es hoy, pero para comprender plenamente su significado y evolución, es imprescindible explorar su génesis.
¿Cuál es el origen de la ciencia? Un viaje a los inicios del conocimiento
El origen de la ciencia se remonta a miles de años atrás, cuando los seres humanos comenzaron a observar y tratar de comprender el mundo que los rodeaba. A lo largo de la historia, diferentes civilizaciones han hecho contribuciones importantes a los avances científicos que hoy en día nos permiten desde prevenir incendios forestales, hasta realizar intervenciones quirúrgicas sin dolor.
La civilización griega fue una de las primeras que destacó en el ámbito científico. Filósofos como Tales de Mileto, Pitágoras y Aristóteles sentaron las bases de la lógica, la biología o las matemáticas. Tales argumentaba que el agua era el principio fundamental de todas las cosas, Pitágoras descubrió relaciones numéricas y geométricas importantes, y Aristóteles estableció el primer sistema formal de lógica.
Durante la Edad Media, la ciencia tenía una estrecha vinculación con la filosofía y la teología, y fue principalmente impulsada por estudiosos islámicos. Avicena, Alhacén y Al-Biruni fueron algunos de los notables científicos musulmanes que hicieron importantes contribuciones en campos como la medicina, la óptica y la astronomía.
Asimismo, entre los siglos VIII y XV tuvo lugar el periodo de Al-Andalus en la península ibérica, en el que se produjo un florecimiento intelectual y cultural donde las matemáticas, cuyo día internacional se celebra el 14 de marzo, tuvieron un papel destacado. Los matemáticos y estudiosos andalusíes fueron clave en el desarrollo y la difusión de esta disciplina.
En el Renacimiento, el avance de la ciencia fue notable. La revolución científica se produjo con figuras como Nicolás Copérnico y su nueva visión del cosmos, Galileo Galilei con el hallazgo de las manchas solares o Johannes Kepler. Todos ellos desarrollaron teorías revolucionarias sobre el sistema solar y el movimiento de los planetas, incluido el de la Tierra. Además, tal y como nos cuenta el divulgador británico, Marcus Chown, en su libro “Gravedad: Una historia de la fuerza que lo explica todo”, científicos como Isaac Newton, sentaron las bases de la física moderna con su teoría de la gravedad.
En la actualidad, la ciencia se encuentra en constante progreso y evolución. Existen investigaciones en diversas disciplinas, desde la física hasta la biología o la inteligencia artificial. En ellas se utiliza la tecnología más puntera y se crean colaboraciones internacionales que permiten realizar investigaciones más precisas y acceder a grandes cantidades de datos. Y aunque se enfrenta a desafíos como la financiación limitada o la transmisión del saber a un público generalizado, la ciencia continúa generando nuevos conocimientos, soluciones innovadoras y una comprensión más profunda del Universo.
Pero, ¿cómo se consigue organizar, coordinar e impulsar investigaciones que hagan posible el progreso? La realidad es que, sin una gestión de la ciencia efectiva, esta acaba por estancarse y perder fuerza. La gestión científica proporciona la financiación, los recursos y el apoyo necesario para facilitar la investigación y promover la difusión de conocimiento, a la vez que garantiza que la ciencia avance de manera eficiente y efectiva para el beneficio de la sociedad.
Gestión de la ciencia en Europa: organismos y agencias al servicio del conocimiento
En el escenario científico de Europa, España y Andalucía, convergen entidades e instituciones de vital importancia para la gestión de la ciencia. Estas organizaciones trabajan y colaboran en la planificación, financiación y coordinación de investigaciones científicas y tecnológicas.
En el ámbito europeo, la principal institución que gestiona la ciencia es la Comisión Europea, un órgano ejecutivo e independiente políticamente de la Unión Europea (UE). ¿A qué se dedica realmente esta entidad? Es la responsable de desarrollar y ejecutar las políticas y programas de investigación e innovación de la UE. A través de su programa marco de investigación e innovación, conocido como Horizonte Europa, la Comisión financia proyectos de investigación en una amplia gama de áreas, promoviendo la colaboración y el avance científico en toda Europa. Además, la Comisión Europea juega un papel importante en la promoción de la ciencia y la tecnología como motores clave para el desarrollo económico y social de la región.
Asimismo, el Consejo Europeo de Investigación (ERC) es otra entidad dentro del marco de la UE que también se enfoca en la financiación de la investigación. ¿Y en qué se diferencia de la Comisión Europea? La visión de esta agencia financiadora está más enfocada en el apoyo a proyectos individuales y a investigadores de alto nivel con ideas innovadoras. El ERC financia proyectos liderados por investigadores excepcionales y talentosos en todas las áreas de conocimiento, con el objetivo de fomentar la excelencia científica y promover descubrimientos pioneros.
Si se habla de la gestión de la ciencia en España, la institución que lidera esta tarea es el Ministerio de Ciencia e Innovación. Este ministerio es responsable de coordinar y promover la investigación científica, la innovación y el desarrollo tecnológico en el país. Tiene por objetivo impulsar la excelencia científica y el avance tecnológico, fomentando la colaboración entre instituciones de investigación, universidades, empresas y otros actores clave de este ámbito. Además, el Ministerio de Ciencia e Innovación es el encargado de formular y ejecutar las políticas científicas y tecnológicas del país y de gestionar los programas que financian los proyectos de I+D+I.
¿Y quién se encarga de gestionar la ciencia en el ámbito regional? En el caso de Andalucía, es la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación la institución que coordina y promueve las políticas relacionadas con investigación, innovación y conocimiento en la región. Impulsar el desarrollo científico y tecnológico, fomentar la innovación o facilitar la transferencia del conocimiento en la comunidad autónoma, son solo algunas de sus funciones. Esta entidad trabaja en estrecha colaboración con las universidades, centros de investigación y empresas de la región, para conseguir la financiación de proyectos científicos e innovadores. Por supuesto, la promoción del talento científico en Andalucía también está entre sus tareas.
Además de su rol fundamental en la promoción de la investigación, la innovación y el desarrollo, estas instituciones también reconocen la importancia de difundir los descubrimientos y avances científicos hacia el público general. En este sentido, existen otras entidades dedicadas a la divulgación que se esfuerzan por acercar la ciencia que se hace en los laboratorios y centros de investigación a la sociedad. Talleres, charlas, juegos, ferias de la ciencia… son algunas de las acciones que estas instituciones llevan a cabo para divulgar de manera accesible y amena los hallazgos científicos más relevantes. El trabajo conjunto entre las entidades que gestionan la ciencia y aquellas enfocadas en la divulgación, es clave para hacer más fuerte el vínculo entre la comunidad científica y la sociedad.
Acercando ciencia y sociedad: entidades dedicadas a la divulgación científica
La comunidad científica ha ido adquiriendo cada vez más conciencia de la importancia de divulgar su trabajo. Mantener a la sociedad informada y culturizada en el ámbito científico es un reto que supone lograr un mayor interés y comprensión de la ciencia entre el público no especializado. Sin embargo, a veces no se cuenta con las herramientas para saber hacerlo. Comunicar la ciencia de forma accesible y amena puede ser un desafío. Por eso, cada vez más, existen instituciones encargadas de crear iniciativas y proyectos para ayudar a los científicos a compartir sus conocimientos con la ciudadanía.
La Plataforma Europea de Divulgación Científica (EUSEA por sus siglas en inglés), es la primera herramienta creada en Europa como recurso para aprender a divulgar ciencia de forma profesional. Ofrece formatos, estrategias, objetivos, recomendaciones y herramientas que deben tenerse en cuenta a la hora de emprender un nuevo proyecto de divulgación científica o tecnológica.
En España, la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), juega un papel fundamental en lo que a divulgación científica se refiere. Es una entidad pública sin ánimo de lucro que depende, precisamente, de la institución que gestiona la ciencia a nivel nacional, el Ministerio de Ciencia e Innovación. La FECYT se encarga de promover la cultura científica y tecnológica en la sociedad española y fomentar la comunicación y el entendimiento entre la comunidad científica y el público en general. ¿Y cómo lo hace?
- Impulsa y coordina actividades de divulgación científica en todo el país. organiza ferias, congresos, exposiciones y otras actividades para acercar la ciencia a la sociedad y fomentar el interés y la participación en temas científicos
- Difunde información relevante sobre la ciencia y la tecnología a través de diferentes medios y plataformas, como su web y redes sociales.
- Financia y apoya diferentes proyectos de divulgación científica, con la intención de animar a la creación de contenidos accesibles y atractivos para el público.
- Analiza y realiza estudios para evaluar si las acciones de divulgación científica que se llevan a cabo son eficaces y mejorar las estrategias de comunicación.
La institución que lidera las tareas de divulgación científica en Andalucía es la Fundación Descubre. Esta entidad privada sin ánimo de lucro, impulsada por la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación de la Junta de Andalucía, dedica gran parte de su actividad profesional a la divulgación de la ciencia y de los resultados de las investigaciones que se desarrollan en Andalucía.
La fundación coordina y participa en diversas iniciativas de divulgación celebradas en diferentes emplazamientos andaluces, como por ejemplo la Noche Europea de los Investigadores e Investigadoras, la Semana de la Ciencia o los paseos matemáticos por Granada, Córdoba y Sevilla, entre otras. Sin embargo, su labor divulgadora no solo se limita al ámbito presencial sino que también ha conquistado el mundo digital a través de actividades de divulgación diseñadas especialmente para ser desarrolladas en formato online, como son las exposiciones y rutas virtuales de Exploria Ciencia o la web Descubre la energía, la cual ofrece todo tipo de recursos educativos relacionados con la energía e incluso, la posibilidad de calcular tu huella de carbono para conocer cuánto impacto tiene tu actividad diaria en el medio ambiente.
Uno de los principales objetivos de la Fundación Descubre es convertirse en punto de encuentro entre la ciencia, la sociedad y los agentes de divulgación, para cumplir con su misión de fomentar el conocimiento científico en la ciudadanía andaluza. En este sentido, la Guía Experta de la Fundación Descubre, es una herramienta muy útil para lograr esta tarea, ya que se trata de un directorio online que facilita la conexión y el contacto entre personal investigador interesado en informar sobre temas de actualidad científica y profesionales de la comunicación, docentes u organizadores de eventos de divulgación entre otros.
Con la intención de estimular el interés de la ciudadanía por los resultados de las investigaciones que ocurren en Andalucía, Descubre trabaja desde el año 2012 coordinando proyectos de divulgación, con la colaboración de universidades, centros de investigación y otras entidades andaluzas. Además de la divulgación del conocimiento, la institución cuenta con otras tres líneas de actuación desarrolladas en su memoria de actividades del año 2022: la comunicación de la ciencia y la innovación, la ciencia ciudadana y la formación. Su labor fundamental se centra en promover y difundir el conocimiento científico, tecnológico y de innovación entre los ciudadanos de la región, convirtiéndose en un referente andaluz en el ámbito de la divulgación, comunicación y educación científica.
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